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Por lo menos quince personas murieron, tres están dadas por desaparecidas y 120 resultaron heridas ayer en una violenta explosión de un conducto de gas natural en el sur de Bélgica, anunció por la noche el primer ministro belga, Guy Verhofstadt. “De las 120 víctimas atendidas, doce fueron evacuadas para recibir atención en Francia y al menos tres permanecen desaparecidas”, declaró el primer ministro durante una conferencia de prensa, remarcando que se trataba de cifras “provisionales”.
La tragedia, ocurrida en la zona industrial de Ghislenghien, cerca de Ath, causó además daños materiales de gran consideración en toda la zona. Llamas de varias decenas de metros se elevaban desde el lugar y una espesa humareda dificultaba el trabajo de rescate.
Según la televisión belga, la explosión se oyó en un perímetro de varios kilómetros y, según la agencia de prensa belga, al menos 200 personas trabajaban en ese lugar cuando ocurrió el accidente. Varias víctimas “fueron proyectadas a un centenar de metros” del lugar de la explosión, afirmó durante una conferencia de prensa Marc Duvivier, secretario del municipio de Ath, donde se instaló una capilla ardiente.
La explosión se habría producido por una fuga de gas en un conducto de alta presión, pero por el momento se desconocen las circunstancias exactas de esta catástrofe. “Aparentemente es un accidente”, señaló Flahaut, añadiendo que se había abierto una investigación.