SOCIEDAD › JEANNE AVANZO SOBRE FLORIDA, PERO PERDIO FUERZA
Tres millones de evacuados
Después de arrasar Haití, donde dejó 1500 muertos y al menos 1000 desaparecidos, Jeanne avanzó sobre Florida. Hubo destrozos, pero la población estaba prevenida por los huracanes anteriores.
Por Pedro Lipcovich
“A esta altura, después de tantos huracanes en tan poco tiempo, la gente ya sabe qué precauciones tomar”, dijo la voz tranquila de una residente argentina en Miami, resumiendo la serenidad con que fue recibida Jeanne, que tras Iván, Frances y Charlie se anotó como el cuarto huracán en seis semanas en La Florida. Hay que decir que –según los datos disponibles hasta anoche– también las autoridades pusieron a punto un manejo de crisis que les permitió evacuar tres millones de personas, sin incidentes y sin que se produjeran saqueos. Entre los trasladados se contó la totalidad de los habitantes de “Pequeña Buenos Aires”, la colonia argentina en Miami Beach. El Jeanne se mostró benigno en Miami, pero había entrado con vientos de 200 kilómetros por hora en La Florida, entre los relámpagos verdes causados por los transformadores eléctricos al estallar. Hay más de un millón de personas sin luz, y un hombre murió electrocutado. Anoche, ya debilitado, el Jeanne se desplazaba hacia el estado de Georgia. Mientras tanto en Haití, donde el Jeanne dejó 1500 muertos y 1000 desaparecidos, la gente peleaba con palos por tener acceso a los alimentos y el agua potable procedentes de la ayuda internacional.
Con vientos de 201 kilómetros por hora, en la medianoche del sábado, Jeanne ingresó a La Florida en Hutchinson Island, a sólo 1600 metros del lugar por donde había entrado el huracán Frances el 5 de septiembre. Avanzó hacia el noroeste y, cuando llegó a la zona de Orlando, sus vientos habían disminuido a respetables 135 kilómetros por hora. El cielo entero se iluminaba con relámpagos verdes a medida que estallaban los transformadores eléctricos: más de un millón de personas quedaron sin luz, y se anunció que en muchos casos llevará semanas reanudar el suministro.
La pequeña ciudad de Fort Pierce, al norte de Miami, estuvo entre las más afectadas. “Lo que el otro huracán no destruyó, éste sí”, dijo Karl Robinson, de 68 años, evacuado en el centro comunal. Fue uno de los perdedores en la Lotería del Jeanne. En cambio Jesse Brewer, de 28 años, se sorprendió al encontrar que las precarias lonas con que había cubierto su techo dañado por el Iván, a mediados de mes, se mantenían intactas. Mientras tanto, en el barrio de casas rodantes la destrucción era total.
La única víctima reportada fue un hombre de 70 años que, en Miami, fue encontrado en la calle, al parecer electrocutado por un cable caído. Y sigue desaparecido un surfista que el sábado salió al mar ya embravecido.
Vilma Kost, residente argentina en Miami, contó anoche a Página/12 que “esta vez la gente ya estaba prevenida. Antes de los huracanes anteriores, se veía gente haciendo cola desde las seis de la mañana en las ferreterías para comprar, a precios exorbitantes, madera para proteger las ventanas; esta vez fue todo más tranquilo”. La “Pequeña Buenos Aires”, principal conglomerado argentino en Miami Beach, fue totalmente evacuada. “Dos días antes de que llegue un huracán, le piden a la gente que se retire; la segunda voz de alarma es unas seis horas antes de la llegada, y entonces ya es obligatorio: la policía ordena retirarse”, contó la señora Kost. Se estableció un toque de queda por varias horas y no se registraron saqueos: “Todo estuvo muy controlado: reportaron unos pocos intentos de robo que no llegaron a concretarse”, contó la residente argentina en Miami.
Anoche el Jeanne continuaba su marcha hacia el norte de La Florida, disminuyendo su velocidad, y se estimaba que se internaría en el estado de Georgia, reducido a tormenta tropical.
En Haití, entretanto, los habitantes de Gonaives, la segunda ciudad en importancia, entablaban una lucha de todos contra todos por el agua y los alimentos procedentes de la ayuda internacional. Militares brasileños, uruguayos y argentinos efectuaron disparos al aire y lanzaron bombas de humo para dispersar a la gente. Un grupo de personas con palos había logrado abrir la puerta trasera de un camión con bolsas de agua potable. Jeanet Michel, de 42 años, lloraba porque, enferma, se quedaba atrás en las avalanchas y no recibía nada. El Jeanne dejó por lo menos 1500 muertos en Haití, y 1000 personas siguen desaparecidas.