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Podría calificarse de desarme infantil con yapa: a partir de mañana y hasta el 30 de este mes, los chicos que tengan juguetes bélicos podrán canjearlos por muñecas, pelotas o juegos de ingenio. Se trata de la campaña “Cambiemos por la Paz”, que busca poner de relieve la carga destructiva de las armas, incluso en el terreno del juego, para trabajar en prevención de la violencia desde la infancia. La iniciativa, lanzada por el Ministerio de Educación, es apoyada por Unicef, la Red Solidaria y la Red Argentina para el Desarme.
La convertibilidad de los chiches será puesta en marcha en los hipermercados Carrefour, donde habrá stands con voluntarios que recibirán las armas y darán a cambio otros juguetes. También difundirán la propuesta entre quienes vayan a hacer sus compras en esos centros comerciales. La idea es “consolidar valores como la convivencia, para generar una sociedad más solidaria”, señaló el ministro de Educación, Daniel Filmus. “Es un desarme simbólico, porque los chicos pueden ser abanderados de la tolerancia y transmitir a los adultos esos valores”, agregó.
Por su parte, Jorge Rivera Pizarro, representante de Unicef en la Argentina, subrayó que la intención es dilucidar “la destrucción y muerte que se ocultan al convertirse en juego, como si fueran algo banal”. Además, precisó que la campaña incluye a los padres, porque “no se trata de un acto mecánico de canje, sino educativo. Esperamos que sea un acto de protesta de los chicos contra las armas que siembran tanto dolor”.
La experiencia tiene su antecedente en Brasil, el caso tomado como modelo por la Argentina. En ese país, la propuesta fue parte de una más amplia que incluyó en su diseño las armas de fuego. Según anticipó Filmus, el Ministerio del Interior está trabajando en un proyecto de ley para promover una acción de desarme similar. Mientras tanto, en la cartera educativa se concentrarán en una segunda etapa de “Cambiemos por la Paz”, prevista para el comienzo del próximo ciclo lectivo. En esa ocasión, el canje sería por útiles escolares o libros.
“Un millón y medio de niños y adolescentes viven en hogares donde hay armas”, estimó Juan Carr, coordinador de la Red Solidaria. Según consideró, “estamos en un estadio de milagro permanente”. Por su parte, Filmus manifestó su preocupación “por la problemática de las armas, que es un tema central en una sociedad en camino de armarse. Queremos dar una señal fuerte de qué tipo de país queremos para los chicos”.