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El peor temporal que ha soportado Chile en los últimos 80 años dejó hasta ahora un saldo de 10 muertos, más de 90.000 evacuados y múltiples inconvenientes en una vasta zona, desde La Serena (472 kilómetros al norte de Santiago) hasta Puerto Montt (1044 kilómetros al sur). La lluvia azota el país desde el lunes, provocando inundaciones en toda la región afectada, especialmente en la capital y en Valparaíso. Y en la zona cordillerana –tanto del lado chileno como del argentino–, el temporal castiga en forma de nieve: los caminos están bloqueados y más de 2500 camiones quedaron varados, en medio de un colchón blanco que a veces llega a los dos metros de altura.
El lunes se convirtió en el día más lluvioso desde que existen mediciones en Chile: cayeron 125 milímetros de agua. Las precipitaciones inhabilitaron las principales avenidas de Santiago, por lo que la mayoría de la gente llegó tarde a su trabajo o directamente se quedó en su casa. El transporte público funcionó al 20 por ciento de lo normal. Ayer, las clases se suspendieron por segundo día consecutivo. Los comercios dejaron salir antes a sus empleados y el gobierno, incluso, recomendó que el día se considerara como feriado.
Cuatro de las víctimas fatales se registraron en la aldea Los Molles, un poblado de 200 habitantes ubicado 150 kilómetros al norte de Santiago, donde un alud de piedra, lodo y árboles destruyó quince casas de madera. En cambio, resultaron indemnes las casas de veraneo ubicadas sobre la costa, donde se refugiaron algunos de los afectados. “Estoy ocupando una casa sin permiso, pero el dueño comprenderá que es por esta situación”, dijo el pescador Miguel Reynoso, que logró escapar a tiempo con su familia.
Otras seis personas murieron en distintos puntos del país, arrastradas por aludes o electrocutadas. En medio de ese cuadro, el presidente Ricardo Lagos aseguró que “la situación tiende a normalizarse”. En rigor, se espera una mejora para hoy, pero también que vuelva a llover con intensidad a partir de mañana, durante 48 horas.
En la frontera con la Argentina no hubo agua sino nieve. Allí, el temporal comenzó el sábado y obligó a cerrar el paso internacional Cristo Redentor. Centenares de camiones quedaron varados de uno y otro lado, en medio de temperaturas que llegan a los 12 grados bajo cero y ráfagas de viento blanco que, en algunos tramos, hacían imposible los trabajos para despejar los caminos.
Según la Dirección de Vialidad Nacional, el paso podría ser habilitado recién dentro de 48 horas, siempre que mejoren las condiciones del clima. Las tareas de los operarios, con máquinas barrenieve, topadoras y motoniveladoras, se concentran en la Ruta Nacional 7. “Para salir de las casas hay que abrirse camino con palas, la nieve a veces tapa las ventanas y las puertas”, relataron empleados de vialidad. Hasta ahora no hay problemas sanitarios ni de abastecimiento.
El alerta climático dispuesto por el Servicio Metereológico argentino no se circunscribe a Mendoza: también involucra a las provincias de La Rioja, San Juan, Neuquén, Río Negro y Chubut.