SOCIEDAD

Autosecuestrarse y pedir rescate a papá, la última moda adolescente

Un chico de 15 años planeó su propio secuestro. Su amigo, de 16, pidió de rescate 10.000 dólares. Finalmente, cuando la familia llevó el dinero reunido, la policía los pescó a los dos. Es el quinto caso de similares características en las últimas semanas.

La idea parecía sencilla: un par de llamados telefónicos y 10.000 dólares en el bolsillo. Pero algo salió mal y los dos terminaron detenidos. Un chico de 15 años y un amigo de 16 planearon el autosecuestro del primero, pactaron el pago de un rescate –al final se conformaron con 3000 pesos– y fueron descubiertos por la policía cuando se llevaban la suma de dinero acercada por el padre de la “víctima”. Con éste, son cinco los casos de autosecuestro en las últimas semanas, tres de los cuales involucraron a adolescentes.
Como todos los días, el chico de 15 años salió rumbo a su colegio, el Patrocinio de San José, de Conesa al 1800. Pero alrededor de las 12 del mediodía su familia recibió un llamado inquietante: su hijo le anunciaba que estaba secuestrado. Un rato después, un hombre advertía que tenía cautivo al adolescente y exigía el pago de 10.000 dólares para liberarlo. En medio de la paranoia desatada por los secuestros (reales y ficticios), el padre –identificado como el arquitecto Guillermo Radl– decidió denunciar el hecho ante la División Delitos Complejos de la Policía Federal.
Los llamados continuaron. A las 14 el captor volvió a comunicarse con el padre y le preguntó cuánto dinero había conseguido. Como el hombre sólo había podido reunir 1700, lo amenazó para que obtuviera el resto. A las 15.55, “terminaron conviniendo en 3000 pesos, eso fue lo que puso en el paquete”, explicó a Página/12 Carlos Sablich, jefe de Delitos Complejos.
Sólo 20 minutos más tarde le dieron las instrucciones para la entrega: colocar el dinero en una bolsa, dejarla en la puerta de su estudio de la calle Rodríguez Peña al 500 y abordar un taxi hasta la casa de su ex esposa, adonde iría el menor liberado.
Alrededor de las 17 los policías encontraron cerca del estudio al supuesto secuestrador de 16 años, quien cuando los vio “no sabía qué hacer, porque debe haber pensado que era hacer un llamado, cobrar la plata y listo”, consideró Sablich. El adolescente los guió hasta su amigo que lo esperaba en un taxi en Lavalle y Callao, y ambos quedaron a disposición de la jueza María Romilda Servini de Cubrini, que interviene en el caso. El presunto captor sería un compañero de colegio del chico, aunque su padre dijo no conocerlo. La metodología del autosecuestro está preocupando a los encargados de investigar este tipo de hechos. Por eso, Sablich remarcó la necesidad de que “padres y docentes hablen sobre este tema”.
Los jóvenes serían indagados mañana por la jueza Servini de Cubría.
El hijo del empresario podría quedar exento de la responsabilidad criminal debido al parentesco con el damnificado –su padre– de acuerdo a lo que establece el Código Penal. Pero su amigo podría ser imputado por la Justicia por tentativa de estafa.
Hace cuatro días un chico de 14 años había inventado su secuestro y cuando lo descubrieron confesó que había tomado esa decisión porque se llevaba mal con la esposa de su padre. También la semana pasada una chica de la misma edad faltó a la escuela para encontrarse con su novio y luego dijo que la habían tenido secuestrada. Igual que en el otro caso, la policía determinó que se había tratado de una travesura adolescente.

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La calle Rodríguez Peña se vio conmovida por el caso: allí los chicos habían pautado el pago.
 
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