Horacio Antonio Pozo, el hijo del subsecretario de Turismo de Corrientes, sospechado junto a otros seis jóvenes de la muerte de Ariel Malvino, rompió el silencio y dijo que cuando la Justicia lo cite a declarar se presentará para “decir lo que tenga que decir”. Al cierre de esta edición, aún no había llegado a la Cancillería argentina el cuestionario con las preguntas que la Justicia de Brasil confeccionó para que respondan los siete jóvenes sospechosos del crimen.

“Si me citan en la Justicia, voy a presentarme a decir lo que tenga que decir, pero lo voy a hacer ante la Justicia, no ante ningún medio”, expresó el joven, al tiempo que pidió a la prensa que respete su silencio y el de su familia.

Pozo es uno de los siete jóvenes correntinos al que la Justicia brasileña ordenó interrogar en el marco de la causa en la que se investiga la muerte de Malvino, ocurrida el 19 de enero pasado en el balneario brasileño de Ferrugem, en el estado de Santa Catarina.

“Soy un chico de 22 años que está en su casa empezando a estudiar y esperando, según las noticias, a que un juez me cite a declarar si es necesario”, dijo. Sus declaraciones fueron escuetas, incluso rehusó contestar más preguntas porque “no es necesario”. “No quiero hablar de esto”, sentenció.

El grupo de los siete jóvenes –seis correntinos y uno de Capital Federal– está marcado como el que protagonizó una pelea que finalizó en la muerte del turista argentino, quien recibió primero un golpe en el rostro, cuyo impacto provocó una caída fatal sobre los baldosones de la vereda, y luego el impacto de una piedra de unos 17 kilos que le arrojaron encima cuando agonizaba en el suelo.

Para los pesquisas brasileños, los agresores directos, quienes según las autoridades de ese país ya estarían identificados, están en el grupo de siete jóvenes correntinos que a pocas horas de la pelea abandonó la casa que había alquilado, lo que produjo fuertes sospechas. Más aún cuando se corroboró que salieron de Brasil por un paso fronterizo poco conocido por los turistas, llamado Bernardo de Irigoyen.

Uno de los testigos clave de la pelea declaró que los jóvenes que atacaron a Malvino habían protagonizado días antes una fuerte discusión con muchachos brasileños por rivalidades sobre quién es el mejor jugador de fútbol la historia, si Maradona o Pelé. El testigo, empleado de un bar, presenció el momento en que Malvino era atacado y reconoció ayer a los agresores como los mismos que días antes estuvieron a punto de pelearse con brasileños por defender al jugador argentino.

“Ellos iban por la calle cantando ‘Maradona es más grande que Pele’”, señaló el testigo, quien comentó que un grupo de brasileños quiso decir lo contrario y casi se origina una pelea.

Pozo (hijo) es el primero de los jóvenes sospechosos en hablar ante la prensa. El martes, su padre, Horacio Vicente Pozo, subsecretario de Turismo correntino, había admitido que su hijo y los otros seis muchachos participaron de una pelea, en la que “pegaron” y “recibieron”, aunque manifestó que “no son asesinos”.

Luego de las declaraciones del funcionario local, el abogado de la familia Malvino, Juan Carlos García Dietze, dijo que “esto va cerrando y va ratificando el círculo de la verdad”.

No obstante, negó la versión de Horacio Vicente Pozo de que se habría tratado de una “gresca generalizada” y no de una simple golpiza y de que varios de los investigados por la muerte del joven de 21 años resultaron lesionados en ese supuesto encontronazo.

“Todos podemos pensar que si se está a cientos de kilómetros de su casa y se reciben golpes, se va al hospital y no se hacen esos cientos de kilómetros para irse, o se hace la denuncia” ante las autoridades, conjeturó. También desestimó la versión del subjefe de la policía civil del estado de Santa Catarina, Juarez de Souza Medeiros, quien declaró que se trató de una “pelea entre grupos”. “A mí no me consta que el jefe de policía haya dicho eso”, subrayó.