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El “Efecto Tango” superó el aspecto financiero. Los uruguayos también sufrieron el “contagio” de la mutilación de animales. Ayer fue descubierta, en el departamento de Durazno, una vaca que tendría los mismos cortes que sus pares argentinas. Y en el país los casos no se detienen: Chascomús, Córdoba y Tandil fueron algunos de los lugares donde hubo nuevos hallazgos.
“Hoy (por ayer) a la mañana un veterinario del ministerio se acercó hasta un remate en Durazno para verificar lo que vecinos de la zona habían observado el día anterior”, contó a Página/12 el director de Sanidad Animal uruguayo, Hipólito Tapie. El funcionario sostuvo que los primeros informes indicarían que la vaca “tendría signos similares a lo que sabemos de la Argentina, ya que le faltaba la lengua, orejas, un ojo y las ubres”. De todos modos, se sacaron muestras del cádaver que serán analizadas durante los próximos días para verificar si existe relación con los casos ocurridos de este lado del Río de la Plata.
Córdoba debutó en el tema con un novillo en la localidad de Berrotarán y una vaca en la de Colonia Beiro. En ambos casos, los animales presentaban las extrañas lesiones que, a esta altura, ya son clásicas: órganos extirpados (generalmente ojo y oreja izquierdos y el aparato genital) y cortes perfectos. Uno de los cadáveres fue trasladado a la Facultad de Veterinaria de la Universidad Nacional de Río Cuarto con el objetivo de realizarle una necropsia.
En tanto, una oveja preñada apareció muerta en un campo ubicado a 85 kilómetros de la ciudad de Coronel Pringles. Sería el segundo animal en estado de preñez hallado en estas circunstancias: una vaca y el ternero que estaba pariendo –presuntamente en el momento en que se produjo la muerte– fueron seccionados en Darregueira. Mientras que en Chascomús una vaca fue encontrada con los órganos extirpados en un campo a 28 kilómetros de la ciudad.
Cerca de Tandil, un médico y su mujer salieron a caminar en la tarde del domingo. Por la ruta de acceso a la ciudad, al llegar al cruce del cementerio, el hombre observó algo extraño sobre la banquina. Se trataba de un ternero de pocos días de vida, al que le faltaban varios órganos. Los vecinos del pueblo de Vela se sorprendieron: en varios kilómetros a la redonda no es para nada habitual la presencia de animales vacunos.