Martes, 10 de octubre de 2006 | Hoy
SOCIEDAD › HABLA POR PRIMERA VEZ LA MADRE DE NATALIA FRATICELLI
“Yo no sé nada”, dijo entre llantos durante una conferencia de prensa en la que estuvo prohibido mencionar al ex juez Carlos Fraticelli. Negó que hubiera intereses políticos.
Por José Maggi
Desde Venado Tuerto
Graciela Dieser, la madre de Natalia Fraticelli, quien recuperó su libertad hace sólo unos días, abonó la hipótesis del suicidio de su hija, aunque aclaró que fueron sus abogados quienes la “convencieron” tras investigar el expediente. Aseguró en forma vehemente que “Natalia estaba viva cuando llegó el doctor Costa”, el primer médico, a revisarla, pero sostuvo que “nadie hizo nada” para salvarla. Dieser dijo que el disparador del suicidio de su hija fue un supuesto desengaño amoroso, provocado en verdad por una serie de cartas enviadas por sus amigas en las que se hacían pasar por un joven de Rufino. Dieser insistió en su inocencia y no quiso que se mencionara en ningún momento a su ex pareja, Carlos Fraticelli.
–¿Que pasó el 20 de mayo de 2000?
–Por lo que está en el expediente, por lo que investigaron mis defensores, ellos me dijeron que Natalia se suicidó.
–¿Por qué la Justicia no interpretó las pruebas de ese modo?
–No sé, les hablo con el corazón de madre y no lo sé.
–Fraticelli dijo que todo fue una orden del ex gobernador Carlos Reutemann. ¿Usted comparte esta impresión?
–Yo de Carlos Fraticelli no voy a hablar.
–¿Cómo explica usted la bolsa plástica en la cabeza de su hija, la bufanda roja en su cuerpo y las manos atadas con un pañuelo?
–No me consta que las manos hayan estado atadas.
–¿Puede recordar esa mañana?
–Esa mañana subí las escaleras como siempre a las 8.15, porque a esa hora le suministraba a Natalia la medicación por el temor de que ella pudiera tomar más o menos. Y quería estar segura de que tomara lo que le había diagnosticado su neurólogo. Cuando subía, a la mitad de la escalera sentí un frío que me prenunciaba algo. Cuando abrí la puerta plegadiza de la pieza de Natalia vi el horror. Detrás subió Carlos, le sacó las cosas, yo me abalancé sobre ella y no puedo explicar lo que sentí. Y de inmediato llamó al médico.
–¿Usted la vio a Natalia con la bolsa en la cabeza?
–La vi con la bolsa hasta acá (señala su rostro a la altura de la nariz), pero no me consta el pañuelo ni la bufanda. Y el resto no sé, no sé.
–¿Qué diálogo tuvo con el doctor Costa (el médico que llegó a revisar a Natalia)?
–Cuando llega Costa yo estaba sobre Natalia, que estaba de costado, apoyando parte de mi cara sobre la de ella. Y sentía que Natalia estaba con vida, porque estaba calentita. Es más, ella tenía un piecito fuera del acolchado, se lo levanté y se lo puse debajo del acolchado, y Natalia no estaba rígida. Y le pedí al doctor que hiciera algo, que la llevara a la clínica, pero nadie hizo nada. Mientras una persona que tenía una chaquetilla color verde me agarró de un brazo, me llevó a mi dormitorio, me dio un té con tres pastillas, por lo que adormecí. Estaba como dopada.
–¿Usted dice que Natalia no estaba muerta?
–Pienso que podría (no haber estado muerta), y eso lo tendría que haber dicho el médico, pero nunca la tocó. El médico que llamamos dijo que estaba muerta.
–En el expediente se dice que murió alrededor de las cuatro de la mañana, y ustedes la encontraron a las ocho.
–No sé a qué hora murió, pero a las 8.15 de la mañana la encontré como les conté.
–¿Por qué no intentó levantarla y llevarla?
–No me dejaron, y el doctor Costa me dijo que había que llamar a un médico forense, y que él no la iba a tocar.
–La primera versión que dio Fraticelli fue la de un robo, aseguró que estaba violentada la casa, y que alguien había ingresado a la vivienda.
–Yo no sé nada, eso es todo lo que se manejó después por dichos. Yo en los quince minutos desde las 8.15 a las 8.30 estuve sobre mi hija, y lo único que hubiese deseado es haber podido estar con mi hija hasta las cuatro y media de la tarde que se la llevaron, y no me dejaron.
–Si el suicidio fuera cierto, ¿por qué cree que Natalia tomó esa decisión tan drástica?
–Creo que la traición la superó, y yo en este momento la entiendo.
–¿La traición de quién?
–La traición de sus amigas por la carta que se encontró después.
–¿Qué decía la carta?
–No sé lo que decía la carta.
–Siguiendo con la hipótesis del suicidio, ¿alguna vez Natalia le confió esas cartas, ese supuesto amor hacia un joven de Rufino?
–Natalia no sabía comentar eso conmigo. Ella hablaba mucho con Franco cuando recibía alguna cartita de algún chico que no conocía y entonces le preguntaba si era bueno o si era malo.
–Si las pruebas están tan claras para usted en el expediente, ¿de quién se considera víctima?
–Yo no me considero víctima, no se por qué pasó todo esto.
–¿Por qué no vuelve a Rufino?
–Porque no pude elaborar el duelo. Pero les digo a la gente de Rufino que los quiero pero que en este momento necesito elaborar mi duelo, estar con mi terapeuta, y ver cómo puedo enfrentar el momento de ver a Natalia ahí (en el cementerio). Y creo que recién ahora puedo hacerlo, pero quiero hacerlo sola, sin medios y sin nadie.
–Una de las versiones que figura en la causa y que reveló la fiscal Mastroccesare es que el doctor (Costa) estaba a punto de firmar el acta de defunción como muerte natural, mientras su ex esposo no le manifestó el posible suicidio y finalmente manifestó a la policía la sospecha de un posible asesinato.
–No lo sé, yo estuve con Natalia esos 15 minutos, me encerraron en mi dormitorio, y no sé nada.
–Su ex marido nunca la defendió públicamente, ¿cómo entiende usted este gesto?
–Lo único que puedo decir es que mi dolor de madre, el dolor de vivir lo que viví fue más fuerte que todo lo otro.
–¿Por qué nunca prestó declaración indagatoria?
–Porque me aconsejaron mis abogados.
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