El ministro de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior de Brasil, Luiz Furlán, inició ayer su misión comercial en el país. Apenas llegó se entrevistó con su par de Planificación, Julio De Vido, y prometió financiar obras de energía y saneamiento de agua con fondos del Banco Nacional de Desarrollo (BNDS). La agenda del día se completó con reuniones con la cúpula de la Unión Industrial Argentina y otras asociaciones patronales para analizar el comercio entre ambos países y la posibilidad de impulsar negocios conjuntos, pues Furlán vino junto a una nutrida delegación empresaria. Hoy se entrevistará con la ministra de Economía, Felisa Miceli, y participará de la reunión de la Comisión de Monitoreo Bilateral que regula el intercambio comercial.

Desde su época de empresario, Furlán se mostró siempre reacio a fortalecer los vínculos con Argentina, pues sistemáticamente se opuso a introducir mecanismos tendientes a equilibrar el comercio bilateral. A comienzos de 2005, ya siendo funcionario del presidente Lula, declaró que no tenía por qué “pagar la cuenta de grupos empresariales que no invierten, no se modernizan y bloquean todo”, en referencia a los industriales argentinos. Sin embargo, ayer mostró un perfil conciliador poco conocido hasta ahora.

En la reunión que mantuvo con De Vido conversaron durante más de una hora sobre una serie de proyectos en los que podrían complementarse ambos gobiernos y también empresas privadas de los dos países. Furlán aseguró que el BNDS va a aportar 600 millones de dólares para financiar obras que permitan transportar 22 millones adicionales de metros cúbicos de gas. No sería la primera vez que el banco brasileño aporte recursos. En 2004 puso 200 millones de dólares para financiar obras en los gasoductos troncales que permitieron incrementar en cinco millones de metros cúbicos la capacidad de transporte. Además se analizó la posibilidad de financiar, a través de ese organismo, parte de las obras de expansión del sistema de redes de agua potable y desagües cloacales en el área metropolitana de Buenos Aires, a cargo de la estatal Aysa. El BNDS es una entidad crediticia estatal destinada a financiar proyectos de empresas brasileñas tanto en materia de exportaciones como de negocios en otros países.

De Vido remarcó que “tenemos una relación muy fluida. Procuramos avanzar en un esquema asociativo entre empresas de los dos países para llevar adelante estas obras, y desde ya que nos viene muy bien el

financiamiento”. Furlán reveló que De Vido le manifestó que “la Argentina no está amenazada por una crisis energética, sino que el crecimiento económico necesita nuevas inversiones”. En respuesta, destacó que están disponibles unos 3000 millones de dólares del BNDS para financiar obras de infraestructura siempre y cuando empresas brasileñas participen de esos emprendimientos. Además dijo que en la delegación que lo acompaña hay dirigentes de varias asociaciones de los sectores de electrónica, vidrio, cemento y química, para “mirar posibilidades bilaterales entre ambos países”.

El funcionario brasileño se reunió luego con el Comité Ejecutivo de la Unión Industrial Argentina y también se mostró amigable al afirmar que “en la actualidad prácticamente no existen conflictos en la relación comercial entre ambos países”. Esa declaración contrasta con la posición expresada por su viceministro, Iván Ramalho, a comienzos de agosto, cuando se manifestó a favor de ponerles fin a los cupos que limitan las importaciones brasileñas en sectores sensibles como línea blanca y calzado. De hecho en línea blanca aún no se llegó a un acuerdo por la resistencia brasileña. Ese tema se tratará hoy en la reunión de la Comisión de Monitoreo Bilateral. Allí los funcionarios argentinos suponen que Furlán no será tan conciliador.