La madre y sus seis hijos estaban durmiendo cuando un posible desperfecto en una estufa desató el fuego, que se propagó enseguida por las paredes de madera. La mujer y algunos de sus hijos lograron salir. Pero afuera, la desesperación de la madre, al no encontrar a Delia, de 10 años, se convirtió en impotencia y angustia cuando los bomberos encontraron su cuerpo carbonizado entre los escombros. El incendio ocurrió ayer en un conventillo del barrio porteño de La Boca. Ellos, al igual que las doce familias que se quedaron sin techo, esperaban un crédito prometido por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires para construir viviendas. Tres personas, entre ellas una hermana de la víctima fatal, fueron asistidas por asfixia.

El incendio empezó alrededor de las 7 en el conventillo ubicado en Necochea 1330, a una cuadra del puente Nicolás Avellaneda. En el mismo lugar, al frente, funciona un comedor comunitario, del movimiento Barrios de Pie, que no fue alcanzado por las llamas. En habitaciones precarias, levantadas con elementos inflamables como cartón, madera y plásticos, vivían las doce familias afectadas. En uno de los cuartos dormía Lorena, con sus 6 hijos. Su marido había salido temprano al trabajo. El grito de uno de los chicos la alertó sobre las llamas y logró rescatar a algunos de sus hijos, entre ellos dos bebés, con quienes pudo salir del lugar. La mujer se desesperó cuando no vio a Delia entre ellos.

“No sé qué pasó; estaba durmiendo y me levanté porque mi hijo grande empezó a gritar, pero a Delia no la vi salir”, relató después. Tampoco sabía dónde estaba su hija de 14 años, pero a los pocos minutos se enteró de que había sido trasladada al hospital Argerich con principio de asfixia.

Unas horas más tarde, la búsqueda de Bomberos, Defensa Civil y policías confirmó lo que muchos temían. El cuerpo de Delia fue encontrado entre los escombros de la habitación. La niña no pudo escapar a las llamas que se expandieron sin control, aseguraron fuentes que participaron de las tareas de rescate. El hallazgo provocó una crisis nerviosa de la madre, que se refugió en la casa de unos vecinos, donde tuvo que ser asistida por los médicos del SAME.

El comisario inspector de Bomberos Francisco Lanzilotta informó que se trabaja para determinar las causas del incendio, aunque estimó que “son días de mucho frío y, seguramente, alguna estufa o una instalación eléctrica precaria, muy común en este tipo de vivienda, puede haber sido” el origen del fuego. El incendio afectó además a una mujer, de 52 años, y a un hombre, de 36, que fueron trasladados al mismo hospital por inhalación de monóxido de carbono. Ellos, al igual que la hermana de la víctima fatal, están fuera de peligro.

La familia de Delia, al igual que las otras doce que se quedaron sin casa, son miembros del Movimiento Barrios de Pie y creadores de una cooperativa llamada “El Titiritero”, a través de la cual gestionan un crédito en el Instituto de la Vivienda porteño para comprar un terreno y construir casas en el marco del programa de viviendas impulsado por la Asociación Madres de Plaza de Mayo. Según José Cabrera, dirigente de la región Capital Federal de Barrios de Pie, los 350 mil pesos prometidos por el organismo fueron invertidos en otras cuestiones. La noticia desencadenó una toma del edificio del Instituto, el lunes pasado. “La chispa no es la culpable de la desgracia, sino el nivel de precariedad en la que vive la gente”, aseguró el dirigente. El año pasado, el conventillo había sufrido otro incendio, que destruyó las habitaciones de la planta alta. Las familias que ayer perdieron sus viviendas recibieron un subsidio del gobierno de la ciudad para que alquilen un lugar donde vivir.