Sábado, 29 de septiembre de 2007 | Hoy
Un suboficial de la Federal fue detenido, acusado de proveer el celular con el que se hicieron las llamadas extorsivas.
Los celulares confirmaron ayer su condición de protagonistas de la investigación del secuestro del empresario Franco Andreola. Un suboficial de la Policía Federal fue detenido bajo la sospecha de haber sido quien les facilitó a los captores de Andreola, liberado el lunes pasado, uno de los teléfonos celulares con los que realizaron las negociaciones del rescate. El hecho ocurrió durante la noche del jueves pasado, pero se conoció recién ayer.
El hombre arrestado se llama Javier Coronel y es cabo de la Federal. La investigación dio con él luego de que Víctor Hugo Sosa, otro de los detenidos, lo señalara como la última persona que tuvo en su poder el celular antes de que cayera en manos de los secuestradores. Entonces, la hipótesis más fuerte apunta a que actuó como facilitador de herramientas para los captores.
Los investigadores llegaron a Coronel gracias a una confesión de Sosa, que fue el primer arrestado del caso porque hasta cinco días antes de que Andreola fuera tomado en cautiverio, tenía en su poder el teléfono personal en cuestión. Lo dicho: los celulares son protagonistas. Cuando fue indagado por Ariel Lijo, el juez a cargo del caso, Sosa aseveró que él le había dado el celular al policía, y a partir de eso se llegó a Coronel. Sosa es sindicado por la investigación como un comprador y vendedor de celulares usados, lo que en la jerga se llama bolsero. Y desde esa labor ilegal habría conocido a Coronel y a otras personas supuestamente vinculadas con el secuestro, a las que –siempre según las fuentes–- también habría delatado en sede judicial. Por ese motivo, no se descarta que en las próximas horas se produzcan nuevas detenciones.
El policía federal fue apresado junto a su padre, acusado por tenencia ilegal de arma, aunque de todas formas sería liberado rápidamente, pues está casi descartado que esté vinculado con el caso Andreola. Por otra parte, fue liberada Claudia Gómez, la mujer embarazada que estaba presa porque pocas horas después del secuestro tenía en su poder uno de los teléfonos móviles que los captores les habían robado a los empresarios que comían un asado con Andreola la noche del secuestro.
Según Gómez, su marido encontró el teléfono tirado en la calle y ella lo único que hizo fue usarlo, sin saber nada del ilícito. En principio no hay elementos para creer que no fuera así, por lo que las autoridades decidieron excarcelarla.
Andreola fue secuestrado el 29 de agosto por tres delincuentes armados que lo sorprendieron cenando junto a un grupo de empresarios en un quincho de la firma El Rápido, del grupo Flecha Bus, en el barrio porteño de Barracas. El lunes por la madrugada, Andreola fue liberado en Los Cardales, luego de que un amigo suyo pagara un rescate de 200 mil dólares en la localidad bonaerense de Gerli. Ahora, los investigadores tratan de dar con el lugar de cautiverio.
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