A pesar de ser prevenible, el cáncer de cuello es la primera causa de muerte oncológica en mujeres en Jujuy. “Es una verdadera tragedia”, señaló a PáginaI12 el médico Ricardo Cuevas, jefe de Unidad del Servicio de Ginecología del Hospital Pablo Soria, ubicado en San Salvador de Jujuy. Es el centro oncológico de la provincia. A nivel nacional, el cáncer de mama es la principal causa de muerte femenina. “La pobreza, la idiosincrasia local, la falta de educación y las necesidades básicas insatisfechas son factores determinantes de este drama en Jujuy”, describió el médico.

Cuevas destacó que en Jujuy nunca se hizo una campaña para promover que las mujeres se hagan un pap. “Hasta hace poco se seguía escuchando en las radios la campaña de las dos gotitas de agua de lavandina para prevenir el cólera, y cólera no tenemos hace mucho. Pero sobre el pap, nada”, comentó el especialista. Cuevas celebró la noticia del lanzamiento de un Programa Nacional de Prevención de Cáncer de Cuello pero hizo algunas advertencias: “Cuando vos hacés un pap apretás un botón que pone en marcha toda una maquinaria: necesitás un sistema de tratamiento ya sea en quirófanos o con radioterapia y quimioterapia. ¿Qué infraestructura hay? Si aparecieran todos los cánceres que no conocemos no sé si estaríamos en condiciones de atenderlos. En nuestro hospital, por ejemplo, no tenemos radioterapia, a pesar de que es el centro de referencia oncológica de la provincia. Tampoco mamógrafo. Un programa de este tipo debe estar acompañado por dinero para infraestructura hospitalaria”, señaló Soria. Aunque el cáncer de cuello afecta a pacientes de 35 a 40 años o más, mayoritariamente, en Jujuy están viendo cada vez pacientes más jóvenes. Actualmente está internada una adolescente de apenas 19 años. “Ya tiene cáncer de cuello avanzado y está en tratamiento de quimioterapia y radioterapia”, contó el médico.

Si la enfermedad está avanzada, el pronóstico es malo. La muerte es casi segura. Los casos que atienden en el Pablo Soria son en general cánceres avanzados, porque es raro que haya detección precoz. “La última vez que se hicieron un pap mujeres que vemos fue la última vez que estuvieron embarazadas, hace 8 o 10 años. A veces los médicos son los que ponen obstáculos, porque no facilitan el acceso al pap: el día que la mujer va a atenderse, le dicen que tiene que pedir otro turno, y esa mujer ya no vuelve porque tiene dificultades para viajar, pagar el boleto o resistencias culturales para hacerse un examen ginecológico”, explicó Cuevas.