El 9 de julio, en las Barrancas de Belgrano, varias organizaciones sociales y barriales se reunieron en una asamblea para discutir con los vecinos el estado de emergencia social que denunciaba un documento conjunto, al que adhirieron, entre otras, Proyecto 7, el Movimiento de Personas en Situación de Calle y los comedores de Belgrano.

La actividad fue animada por una murga, la siguió una tertulia donde departieron los vecinos con jóvenes sin techo entre chocolatada, facturas y pasta frola y continuó con la asamblea donde se denunciaron “las condiciones infrahumanas, como dormir a la intemperie en plazas o en improvisados refugios...”. Javier, un cubano que es kinesiólogo y vive en la calle, fue uno de los más aplaudidos por sus palabras. Cuando ya había caído la tarde se proyectó el documental Mutantes urbanos de Pablo Ciancio, que relata la historia de Horacio Avila, de Proyecto 7, y otras personas que como él vivieron o viven en la calle.

Carlos Durañona, del comedor de Barrancas de Belgrano, recordó el operativo limpieza del verano de 2008 a un par de cuadras de allí, donde los cartoneros acopiaban sus materiales, a metros de la calle Pampa y la vía. “Fui testigo de la denuncia que se hizo por haber realizado un operativo con una orden ilegal arguyendo que una fiscal la había firmado cuando después desmintió que fuera de ella. Con ese instrumento falso destruyeron todo. Nunca hubo un procedimiento de limpieza de un predio de la ciudad con tanta eficacia y rapidez. Fumigaron, quisieron borrar todo vestigio de que allí había un ser humano. Fue horroroso y vergonzante y hasta un funcionario del que tengo la foto en mi celular se reía del espectáculo. Yo le dije: quiero sacarle la foto a un hijo de puta. Y me decía, sacamelá. Fue una de las cosas más dolorosas que viví en este barrio.”