“La preocupación es que una medida como penalizar al cliente de trabajadoras sexuales haga más difícil la prevención, en la medida en que la población involucrada tienda a ocultarse –advirtió Claudio Bloch, titular de la Dirección de Sida y Enfermedades de Trasmisión Sexual del Ministerio de Salud de la Nación–. El endurecimiento de los marcos punitorios no facilita la prevención. Así, por ejemplo, los países que mejor han controlado la epidemia de VIH/sida entre usuarios de drogas no son precisamente los que penalizan el consumo: en Estados Unidos, con su línea ‘droga cero’, la epidemia entre usuarios se disparó. Del mismo modo, en las provincias argentinas, donde los boliches gays son reprimidos, es muy difícil acceder a ellos para distribuir preservativos, porque tienen miedo a la clausura.”

“Uno de los grandes problemas que trabajamos juntamente con Ammar –continuó Bloch– es la dificultad para llegar a los ‘departamentos privados’, que a veces ofrecen sexo ‘sin globito’: esto se enmarca en el problema del proxenetismo, que muchas veces tiene vínculos con fuerzas de seguridad: la Argentina no es Suecia y se han detectado vinculaciones entre el proxenetismo y fuerzas policiales. En este sentido, la lucha contra el proxenetismo y por la autonomía de las trabajadoras sexuales, que desarrolla Ammar, concierne a la prevención.”