El diputado oficialista Darío Pérez pidió hace algunas semanas “un tiempo de reflexión” antes de arribar a la votación de la regulación del cannabis. Su voto era anoche una incógnita, ya que apagó su celular hace dos días. “Si no votara, por lealtad debería avisar a su fuerza política”, sostuvo el jefe de bancada del Frente Amplio, Roque Arregui. Pérez pertenece a la facción Liga Federal, un grupo que, según subrayó Arregui, “hizo sus aportes” al proyecto. Por otro lado, algunos integrantes de la oposición que están de acuerdo se retirarán al momento de la votación para que su suplente se oponga, respetando la disciplina partidaria, algo similar a lo ocurrido durante el debate por el aborto.

Una de las dudas que se habían generado en la Liga Federal es si habrá recursos para financiar la implementación de los controles sanitarios y las medidas educativas dispuestas en el proyecto. El secretario de la Junta Nacional de Drogas, Julio Calzada, sostuvo ayer que “la idea es que la propia producción de marihuana genere los fondos para el financiamiento de los diferentes aspectos” y que eso le permitirá al Gobierno obtener “fondos frescos de las tasas que se cobren”.

En las filas de la oposición, los diputados del Partido Colorado Aníbal Gloodtdofsky y Fernando Amado son proclives a acompañar el proyecto, pero deben acatar la decisión del partido, contrario al proyecto. Algo parecido sucede en el Partido Nacional, donde el diputado José Carlos Cardoso considera que la iniciativa es un paso positivo para enfrentar al narcotráfico, pero debe someterse a las decisiones partidarias.