El total de las piezas que se presentan en Tecnópolis fueron sometidas a un proceso llamado “preservación por polímeros”. La técnica consiste en retirar el agua del tejido y reemplazarla con una silicona de goma en el nivel más profundo de las células. De esta manera, las piezas diseccionadas logran preservarse sin modificar su estructura anatómica.

“Es una técnica muy precisa y de calidad que deja las partes del cuerpo como si lo embalsamaran. Se sustituye el agua por una especie de resina de silicona. Quedan perfectamente plastinados”, explicó a este diario el productor de la muestra, Ezequiel Peña. Su compañía, Latinprod Entertainment, ganó la licitación pública, abierta por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación, para exponer en el predio ferial de Villa Martelli.

“Las piezas, en su mayoría, de procedencia china, pertenecieron a cuerpos que, una vez en la morgue, nadie reclama”, aclaró Peña. “El objetivo, en definitiva, es que el público pueda conocer el cuerpo de uno y tomar conciencia sobre algunas enfermedades. Educativamente es impresionante lo que se logra. En otros países donde se hace este tipo de exposiciones se acercan miles de alumnos. Es la mayor lección de anatomía que se puede tener”, señaló el productor. Y agregó: “Muchas veces los que más se sorprenden o asustan no son los más chicos, sino los adultos”.

La exhibición, que además cuenta con la participación de la Universidad de La Matanza y la ONG sin fines de lucro Félix Azara, puede visitarse de miércoles a domingos en Tecnópolis, con entrada libre y gratuita, de 12 a 20, y, como el resto de la megamuestra, estará abierta al público hasta el 4 de noviembre.