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“En la Villa 1.11.14, del Bajo Flores, estamos encontrando altísimos índices de tuberculosis”, dice Alcides Troncoso, profesor de Infectología en la Facultad de Medicina de la UBA, quien dirige el programa Ubanex Tuberculosis en el Bajo Flores, cuyo objetivo principal es “la detección y tratamiento” de la enfermedad en ese barrio, de modo “que los estudiantes de ciencias médicas apliquen los contenidos teóricos en prácticas de salud comunitarias”. Para los casos diagnosticados, el programa incluye “acompañamiento y tratamiento, así como el estudio y profilaxis a los contactos, evitando la diseminación de la enfermedad”.

Troncoso contó que “en algunos lugares se trata de verdaderas microepidemias: llegaban a estar afectados de tres a cinco miembros de una misma familia. Hay que tomar en cuenta que muchos de estos grupos viven en forma comunitaria, incluso su comida es comunitaria: en algunos de estos grupos detectamos un 80 por ciento de personas infectadas, que no tenían acceso al diagnóstico y, por lo tanto, no tenían acceso al tratamiento”.

La detección se efectúa mediante el diagnóstico por biología molecular desarrollado por el equipo de Juan Garberi (ver nota principal). Participan profesionales y estudiantes de medicina, de nutrición y otras ciencias de la salud. “Trabajamos también en la capacitación de las personas que viven en el barrio: estamos entrenando a personas que viven en la comunidad, para que contribuyan en la toma de muestras”, contó Troncoso.

El infectólogo comentó que “hoy en el mundo hay tres pandemias: VIH, malaria y paludismo. A la tuberculosis se la considera reemergente; si bien tiene predilección por las personas de niveles socioeconómicos bajos, es reemergente, cualquiera puede ser afectado por ella, ya que las enfermedades que se transmiten por la respiración son las de contagio más fácil”.