Jueves, 20 de agosto de 2015 | Hoy
SOCIEDAD › TRAS LA POLéMICA, LAS ACLARACIONES
El documento de Amnistía incluye una serie de respuestas a preguntas referidas a un tema que divide aguas y que sigue generando polémicas.
- ¿Por qué AI protege los derechos de trabajadoras/es sexuales?
Son uno de los grupos más marginados del mundo. En muchos países se ven amenazados por toda una serie de abusos, como la violación, las palizas, la trata de personas, la extorsión, el desalojo forzoso y la discriminación, incluso la exclusión de los servicios de salud. En muchos casos, estos abusos y violaciones son perpetrados por la policía, por clientes y por terceras partes. Un estudio realizado en 2010 en la capital de Papúa Nueva Guinea, Port Moresby, concluyó que, a lo largo de seis meses, el 50 por ciento de los trabajadoras/es sexuales habían sido víctimas de violación, por parte de clientes o policías.
- ¿Cuál es la diferencia entre legalización y despenalización?
La despenalización significa que ya no infringen la ley por realizar trabajo sexual. Si se legaliza el trabajo sexual, eso significa que el Estado formula leyes y políticas muy específicas que regulan formalmente dicho trabajo. Esto puede dar lugar a un sistema de dos niveles en el que muchos –los más marginados, los que realizan su trabajo en la calle– queden fuera de esa normativa y sigan sufriendo criminalización. Por eso AI apoya la despenalización.
- ¿Cómo puede la despenalización proteger los derechos de las mujeres?
La política de AI pretende proporcionar una mayor protección a los derechos humanos de las trabajadoras sexuales, que se encuentran entre las mujeres más marginadas de la sociedad, promoviendo una mayor protección y empoderamiento. La desigualdad de género y la discriminación pueden influir enormemente en que una mujer se dedique al trabajo sexual. AI no es ingenua ni indiferente respecto del problema, pero no cree que el criminalizar a las mujeres por su falta de opciones o el utilizar leyes penales y prácticas policiales que hagan su vida menos segura sea la respuesta al problema.
- Los que venden sexo necesitan protección. ¿Por qué proteger proxenetas?
Amnistía dice que su política no es proteger proxenetas. Los terceros que exploten a trabajadoras/es o abusen de ellos seguirán criminalizados, pero existen leyes excesivamente amplias, como las que prohíben “promover la prostitución” o “regentar burdeles”, utilizadas contra trabajadoras/es. Si dos trabajadores o trabajadoras sexuales trabajan juntos por motivos de seguridad se considera que forman un “burdel”. Hay que reorientar las leyes para abordar los actos de explotación, abuso y trata, en lugar de establecer delitos de carácter muy general que criminalizan a los trabajadores y las trabajadoras sexuales.
- ¿Cree AI que pagar por sexo es un derecho humano?
La política de AI no trata sobre los derechos de quienes compran sexo: se centra en proteger a trabajadores y trabajadoras sexuales. Lo que dice A.I. es que deben protegerse los derechos de un grupo de personas que pueden ser sumamente vulnerables a los abusos contra los derechos humanos.
- Esta política, ¿significa que promueven el trabajo sexual?
No. Nadie debe realizar trabajo sexual contra su voluntad, y nadie debe verse nunca obligado o coaccionado para convertirse en trabajador o trabajadora sexual. Hay pruebas de que las/os que se dedican a este trabajo como único medio de supervivencia es porque no tienen otra opción. Esto sólo perpetúa la marginación y por se debe garantizar que haya una política que defienda sus derechos humanos.
- ¿Qué sucederá a partir de esta resolución?
La votación dio a la Junta Directiva Internacional luz verde para elaborar y acordar una política con la que proteger los derechos humanos de los trabajadores y las trabajadoras sexuales. Esta política se debatirá en la reunión a realizarse en octubre.
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