SOCIEDAD
• SUBNOTA
Excavando en otro terreno
› Por Alejandra Dandan
El coleccionista de huesos ahora puede tener una nueva guarida: una extensión de tierras en medio de la nada sobre un paraje conocido aquí como Isla Verde. Con la sospecha de que allí habría cuerpos enterrados, los integrantes del juzgado de La Banda se convirtieron durante algunas horas en exploradores de campaña. Al mediodía, después de recoger los huesos del zoo de Musa decidieron avanzar en caravana por la ruta nacional 9 para detenerse exactamente en el kilómetro 1037. Entraron buscando el cuerpo de un supuesto desaparecido, salieron sin restos humanos pero convencidos de que el tendido de Musa podría estar guardando y silenciando más desaparecidos.
Sobre el mediodía, bajo esa explanada repleta de pastos secos y árboles tendidos en medio de la nada, las paladas de uno de los hombres del juzgado raspaban el pedazo de tierra donde hace nueve meses alguien había enterrado algún cuerpo. Uno de los pobladores del lugar disparó esta hipótesis en una denuncia. Ese hombre aseguró, entre otras cosas, que encontró la fosa cambiada tiempo después, cuando volvió al sitio cuatro meses más tarde. La primera vez, el pozo estaba tapado por troncos de maderas quemadas, la segunda despejada de árboles, de troncos y hundida.
Así la encontró la jueza, que trabajó con los peritos tratando de encontrar algunos restos de algo más humano que las ramas. Finalmente secuestraron una raíz cortada que apareció durante la excavación y un puñado de tierra que tendría material aglutinante: la hipótesis es que podrían ser restos de líquidos orgánicos humanos.
Nota madre
Subnotas