En caso de ser aprobado un proyecto de ley presentado en la Legislatura provincial, los efectivos policiales y personal del Servicio Penitenciario bonaerenses deberán someterse obligatoriamente a un examen toxicológico anual. La iniciativa, impulsada por el senador justicialista Alejandro Urdampilleta, busca “ejercer un fuerte control sobre el estado psicofísico de los agentes de las fuerzas de seguridad cuando se encuentran en funciones de protección al ciudadano”.

Urdampilleta explicó en su propuesta que “es necesario que todos los habitantes de la provincia de Buenos Aires tengan la certeza de que las personas encargadas de nuestra seguridad están en uso pleno de sus capacidades psicofísicas”. Por ello, el legislador puntualizó que además de los exámenes anuales y aleatorios “es indispensable realizar el drogo-test y el test de alcoholemia cuando un policía ingresa y egresa de prestar su servicio de seguridad”. Cabe destacar que el primero de los exámenes consiste en tomar una muestra de saliva de la persona y depositarla en un aparato que detecta en pocos minutos el consumo de las drogas más comunes, como anfetaminas, marihuana y cocaína.