SOCIEDAD › OTRO SECUESTRO LLEVARIA A LA BANDA QUE MATO A AXEL
Detrás de la pista de Arcor
Por R. K.
Los investigadores seguían buscando ayer nuevas pistas para dar con la banda que secuestró y mató a Axel Blumberg, ya que no hay evidencias contra los dos individuos que están presos, ambos desde la misma noche del crimen: uno tiene frondosos antecedentes y el otro andaba cerca de la zona en la que se iba a pagar el rescate, pero no hay elementos que los vinculen al caso Blumberg. Sin embargo, un punto central de la pesquisa es el análisis y las pistas que puedan surgir del otro secuestro, el del ejecutivo Guillermo Ortiz de Rosas, de Arcor, supuestamente perpetrado por la misma banda. Se dice que el hombre de negocios estuvo cautivo en el mismo lugar que Axel, que hubo un diálogo entre los dos secuestrados e incluso un tercero que estaba en el mismo aguantadero, pero nada de esto está declarado todavía ante la fiscalía.
El trabajo de investigación ahora no resulta fácil. Lo habitual es que una banda, después de protagonizar un hecho tan sonado y grave, se separe por al menos unos veinte días. En ese período, los integrantes dejan de contactarse entre sí, no se llaman por teléfono, guardan las armas, no andan en autos robados y cada uno trata de vivir una vida familiar, a veces en el interior o en otra parte del Gran Buenos Aires, “hasta que las cosas se enfríen”. Pese a todo, la clave siempre la puede dar algún informante, un vecino que vio algo e incluso algún arrepentido. En este caso, la banda tiene una leve ventaja: una semana antes de secuestrar a Axel recaudó más de 80.000 pesos con el rescate que pagó el ejecutivo de Arcor. O sea que tienen fondos como para sobrevivir un tiempo.
La idea de que la misma banda produjo los secuestros de Blumberg y Ortiz de Rosas parte de varios indicios:
- Supuestamente los secuestradores iban a cobrar el rescate en el auto Passat del ejecutivo.
- Ambos secuestros fueron al voleo, guiándose por la calidad de los autos y, de entrada, pidieron la misma cifra de rescate: 50.000 pesos. Lo que sucede es que, después, al ejecutivo le terminaron pidiendo más dinero.
- No está del todo claro si la voz que negoció en un caso es la misma que en el otro: se están haciendo los estudios.
De todas maneras, si se parte de la base de que se trata de una misma banda, cobra nueva urgencia la investigación del primer secuestro, el del ejecutivo. En la causa judicial el hombre declaró pero aportó muy poca información, por lo cual se están reviendo todos los detalles: cuánto tiempo lo transportaron, si fue por autopistas o no, qué ruidos escuchó y otros elementos pasarán a ser claves para tratar de aportar nuevos elementos para el caso Blumberg. La versión que circulaba ayer es que al ejecutivo lo tuvieron maniatado en el mismo lugar en el que estaba el joven y un tercer secuestrado. Se trataría de un dato de importancia porque, supuestamente, hubo al menos dos días en los que coincide que ambos estaban secuestrados.
Durante la jornada de ayer se habló mucho del seudónimo de El Oso, usado –según fuentes judiciales– por un hombre conocido en el mundo del secuestro. Hasta anoche, todo se manejaba con mucho hermetismo, pero da la impresión de que se trata de una banda que se mueve en el mismo escenario que sus famosos antecesores: el Negro Sombra, Lala López, El Jeta Medina. El secuestro en San Isidro, Martínez o Beccar y las operaciones de cobro del rescate en la zona de Panamericana, Don Torcuato, Talar de Pacheco, el Camino del Buen Ayre y por allí hasta Moreno. Hace no mucho, la Policía Federal llamaba a eso el Triángulo de las Bermudas del secuestro.