SOCIEDAD › OPINION
Ingenuidad y dolor
Por Jorge R. Volnovich *
El programa Agrandadytos nos ha mostrado con la mayor simpatía a un conductor de televisión proponiéndole a una candorosa niña de 3 años mostrarle su calzoncillo a cambio de que ella le muestre su bombachita en el marco de un acercamiento seductor pleno de sonrisas cómplices, en donde no podría faltar la alusión al beso del “noviecito” de la niña que debía mantenerse en secreto para que la mamá no lo sepa. Nada más ingenuo y, al mismo tiempo, nada más doloroso, en especial para aquellos que saben que se han trasmitido por un medio de comunicación masiva parte de los pasos de la estrategia principal del que practica el abuso sexual intra y extrafamiliar, que consiste en la seducción, el hechizo, el pasaje al goce del adulto viendo y siendo visto, tocando y siendo tocado, besando y siendo besado, irrumpiendo en un cuerpo infantil sin derecho, para terminar en el secreto que el niño o la niña deben mantener frente a los demás miembros de la familia y frente a la sociedad. Todo ello en el marco de la ingenuidad que niega los derechos de una niña a su cuerpo y a su desarrollo, incluyendo su propia sexualidad infantil, para producir la experiencia más dolorosa que un niño o una niña puedan vivir, tal como es la de sufrir un abuso sexual precisamente por parte de aquellos en quien más confía y que tienen la obligación de protegerlo. Ingenuidad que niega la diferencia entre tocar, besar o cuidar el cuerpo de un niño como forma de amor o como objeto de la transgresión. Ingenuidad que niega que los medios de comunicación consumen los cuerpos de los niños, los “adultifican” y abusan del poder apoyados en la desmesura del rating y en un discurso cínico a través del cual sostienen que apenas reflejan la vida que vivimos. Pasamos un siglo entero intentando demostrar que los niños no son ingenuos, ¿será que nos tomará un nuevo siglo demostrar que los adultos tampoco lo son?
* Psicoanalista. Miembro de la Asociación Argentina para la Prevención del Maltrato Infanto-Juvenil (Asapmi).