SOCIEDAD
La campaña de mails
La ratificación del Protocolo de la Cedaw debe ser aprobada por el Senado a solicitud del Presidente. Pero está trabada desde hace varios años. La jerarquía eclesiástica viene presionando para cajonearla desde la gestión de Fernando de la Rúa, que fue el primero que pidió su sanción. Pero su tratamiento naufragó y luego el proyecto fue retirado del Congreso durante el gobierno de Eduardo Duhalde. El presidente Kirchner envió el “mensaje” para solicitar la ratificación el 28 de diciembre último. Desde entonces, el lobby católico se profundizó. Cada día, cada uno de los senadores recibe unos doscientos e-mails con mensajes contrarios al Protocolo. Ayer, la misión del Instituto Interamericano de Derechos Humanos escuchó el compromiso de votarlo, posiblemente antes del receso invernal, de una decena de senadores, entre ellos, las justicialistas Marita Perceval, Mabel Caparrós, Silvia Gallego, Silvia Giusti, Roxana Latorre; las radicales Amanda Isidori y Alicia Mastandrea; Rubén Giustiniani, del socialismo, Diana Conti del Frepaso, y Vilma Ibarra, del Frente Grande. Los peronistas Eduardo Menem, Ramón Puerta y Mabel Müller pretenden ratificarlo con “reservas” que mutilan al Protocolo, en sintonía con la jerarquía eclesiástica. De los 71 países que lo han ratificado hasta ahora, los únicos que lo han aprobado así son Cuba y Etiopía.