EXPERIENCIAS > EL BAUEN DE LOS TRABAJADORES
Abrir las puertas del hotel
Por Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas
Como sucede siempre, las cosas no fueron de un día para otro. El proceso de vaciamiento del Hotel Bauen, que vino acompañado del desgaste de los trabajadores, llevó varios años. Hubo un punto de inflexión: en diciembre de 2000 se despidió a 60 compañeros. La decisión de “levantar campamento” estaba tomada: quedaron menos de 40 trabajadores, obligados a realizar cualquier tarea, los clientes eran derivados a otros hoteles y, sobre finales de 2001, lo cerraron.
Raúl, uno de los ex empleados que desde hace más de un año está custodiando el edificio, recuerda que en ese momento se juntó un grupo de los últimos compañeros que quedaban y se conectaron con el Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas. “Allí nos explicaron las posibilidades que teníamos, cómo había que proceder, cómo nos instalábamos, cómo entrábamos y los pasos legales que había que dar.” La experiencia acumulada por las más de 150 empresas recuperadas sirvió y sigue sirviendo para que los compañeros que deciden tomar en sus manos la fuente laboral no se sientan solos.
Otro trabajador del hotel, Alberto, recuerda: “Entramos al hotel y ese mismo día el juez nos dio la custodia. Fue un poquito traumático el primer momento, pero se solucionó enseguida porque hubo diputados que se solidarizaron, asambleas barriales que nos vinieron a apoyar, y estuvieron los compañeros de otras empresas recuperadas”.
El hotel estuvo cerrado un año y medio, y ahora, hasta que salga la ley de expropiación, hay muchas cajas precintadas, muchos armarios con elementos que no se pueden tocar. Todo esto hace ver que no va a ser fácil reabrir el hotel de cinco estrellas, que en una época llegó a dar trabajo a 200 personas. “Hay un elemento sumamente complejo en esta causa –explica Diego Kravetz, abogado de los trabajadores–: El inmueble no está en la quiebra, es decir, la empresa que quebró no era la dueña del inmueble. Entonces, todo es infinitamente más complicado. Y desde el punto de vista de los montos todo es infinitamente más caro, por tratarse de un inmueble ubicado en Callao y Corrientes, con esas instalaciones.”
Sin embargo, las cosas están muy lejos de estar perdidas: existen muchos pasos legales y políticos que se siguen dando y cada vez son más los sectores que se comprometen con la reapertura de esta fuente laboral. Esa es la clave. Actualmente, gran parte de las familias de los compañeros está viviendo gracias al apoyo de quienes se comprometen con el fondo solidario para la reapertura de la empresa, bajo la denominación de Cooperativa Callao.