Taiwan tiene una superficie más pequeña que Tucumán, pero un vigor comercial comparable al de su gigante vecino, China. El 1º de septiembre una delegación de empresarios de Taiwan vendrán al país con el ánimo de seducir nuevos importadores para su variada gama de productos, desde bijouterie a reproductores de MP3. Hugo Chuan-Hsing Chiu, director de la Oficina Comercial y Cultural de Taipei, única representación diplomática en Argentina, aseguró a Cash que la idea no es invadir el país con paraguas.

¿Por qué les interesa el mercado argentino?

–México, Brasil, Argentina, Chile y Perú son socios comerciales importantes para nosotros. Nuestro intercambio con el país tuvo un pico en 1998, cuando llegamos a 600 millones de dólares. Después cayó hasta el 2002. Entonces empezó una recuperación. El monto global de intercambio ahora es de 270 millones.

¿Cuánto y qué les venden a Argentina?

–Nosotros exportamos por 180 millones y Argentina nos vende por 90, básicamente granos, pero también otros insumos con cierto valor agregado como aceites de soja. También cueros curtidos y químicos. Además, compramos algunos productos manufacturados como vacunas antiaftosa y medicamentos: la industria farmacéutica argentina es de excelente calidad. ¿En qué productos creen que pueden aumentar sus ventas?

–Tenemos una oficina específica que asiste a nuestros exportadores y también a los importadores argentinos. Pero no sólo queremos vender. También queremos introducir los productos argentinos de mejor calidad para que nuestro pueblo los disfrute.

La idea es que los productos chinos y taiwaneses son competitivos básicamente por su bajo costo laboral. Algo que los empresarios locales denuncian como dumping social.

–Eso se refiere básicamente a China continental. Muchas industrias básicas, ligeras, ya se mudaron de Taiwan a China continental para aprovechar esa ventaja. Esas fábricas después exportan al mundo.

¿Cuál es el costo de la mano de obra en China y en Taiwan?

–Un obrero industrial de mediana o baja calificación gana en nuestro país entre 8000 y 1000 dólares, mientras que en el continente, entre 200 y 500. Los trabajadores taiwaneses son en su mayoría muy calificados. China tiene 1300 millones de habitantes y, por lo tanto, sobreabundancia de recursos humanos pero de menor calificación.

¿Con qué productos creen que pueden conquistar el mercado argentino?

–Electrónico, autopartes y textiles.

¿No corren el riesgo de transformarse en competidores de Brasil, que vende los mismos productos a la Argentina?

–Eso es cierto. Pero la competencia existe en todas partes. Aquí la distancia geográfica no nos favorece por el costo del transporte. Pero quizás ganemos en calidad. Depende del producto.

En el mercado local existe la idea de que los productos chinos o taiwaneses son más baratos, pero de menor calidad que los de Japón, por ejemplo.

–Respecto de los productos chinos, los nuestros tienen un precio algo más alto pero son de mejor calidad. Y Japón cubre un área diferente, de industria más avanzada, de precisión o pesada, como la automotriz. Taiwan tiene fuerza en electrónicos, ya que nuestro desarrollo industrial está basado en pymes.

¿Además de vender productos, hay idea de que se radiquen capitales taiwaneses para desarrollar emprendimientos productivos?

–Antes de la crisis había una comunidad taiwanesa en Argentina de casi 50 mil personas. Pero con la recesión muchos emigraron y ahora quedan poco más de 10 mil. La principal inversión fue en una industria papelera (servilletas y papel higiénico) que tiene el 20 por ciento del mercado.Otros están dedicados a la forestación en el sur del país o al rubro inmobiliario.

¿Y no incursionaron en supermercados o minimercados?

–No. Ese es un negocio de los chinos.