Domingo, 17 de septiembre de 2006 | Hoy
PRONOSTICOS FALLIDOS DE LOS GURUES Y NUEVAS ALTERNATIVAS DE INVERSION
Inflación en baja, dólar en alza y tasas planchadas movieron el tablero. Nuevos fondos comunes, con activos de vencimientos promedio de no más de dos meses, son las vedettes del momento.
Por Claudio Zlotnik
Los operadores le sacan punta al lápiz. ¿Cuál será la apuesta más conveniente? Y después se preguntan para encontrar una respuesta: ¿el Banco Central habilitará nuevas subas del dólar?, ¿hay margen para que los bonos continúen su rally alcista?, ¿qué variable ganará la carrera entre el dólar y la inflación?, ¿subirán las tasas de interés? Demasiados interrogantes para apostar con tranquilidad. En la última parte del año, en el mercado financiero aparecen más tensiones. Cuestiones estacionales pueden decidir la suerte de una jugada. En este contexto, en la city surgieron nuevos instrumentos de inversión.
Tres factores jugaron en contra de las expectativas de los financistas en los últimos meses: la desaceleración de la inflación, la estabilidad de las tasas de interés y la suba del tipo de cambio. Los inversores se habían jugado a que la evolución de los precios les dejarían buenos dividendos, en un contexto de dólar planchado. Pero el escenario fue distinto. La inflación de este año, contra los pronósticos de los gurúes, es inferior a la del 2005.
La menor suba inflacionaria tuvo un efecto negativo sobre bonos en pesos indexados. Incluso hubo fondos de inversión (FCI) diseñados con esos activos que registraron pérdidas en las últimas semanas. A los financistas también los inquietó la tranquilidad en el mercado del dinero. Los fondos money market rinden entre 5,5 y 6,0 por ciento anual, cuando se esperaba que ese rendimiento no bajara del 10 por ciento. Ni la inflación ni las medidas eminentemente monetarias, como la suba de los encajes, encarecieron el costo del dinero.
Por ese motivo, en la industria de los fondos comunes diseñaron nuevos instrumentos. Hay uno que se puso de moda. Se trata de un fondo común integrado por Letras del Banco Central a 90 días y por fideicomisos financieros de corto plazo. La vida promedio de estos FCI es de apenas 55 días. De esta manera, los inversores achican la volatilidad y se aseguran una rentabilidad que actualmente ronda del 9 al 10 por ciento anual.
Los nuevos fondos ya cuentan con el guiño de las AFJP y de las compañías de seguro, que por ahora son sus principales demandantes. En total suscribieron 569 millones de pesos. El monto es pequeño, pero constituyen una señal de que los inversores institucionales no quieren perderse ni las tasas de interés que ofrece el Banco Central, ni dejar escapar el boom de consumo, que en materia financiera está cristalizado en los fideicomisos que mayoritariamente arman las grandes cadenas minoristas.
El flamante instrumento parece ser una buena alternativa para los pequeños inversores adversos al riesgo, teniendo en cuenta que los consultores de la city vienen fallando en los pronósticos. A comienzos de año, la recomendación más escuchada eran los activos ajustables por el CER. Pero ahora los fondos comunes constituidos con ese tipo de papeles están perdiendo la carrera contra los de cortísimo plazo.
Aunque hay quienes apuestan al regreso de índices de inflación de un dígito mensual junto con la llegada de los calorcitos de la temporada primavera-verano y prefieren los títulos indexados, las inversiones de cortísimo plazo se están haciendo lugar en las apuestas.
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