OPINIóN
Bonos para impulsar la reactivación
Por Moisés Resnick Brenner *
La declaración de la suspensión transitoria del pago de los servicios de la deuda requiere que se abra un proceso de negociación con los acreedores. Sólo los intereses suman anualmente unos 15 mil millones de dólares que significan 2,5 millones por hora, mientras que en esa hora 100 personas bajan de la línea de pobreza y 2 niños se mueren de hambre por no contar con el vaso de leche, en el país que genera alimentos como para abastecer importantes mercados del mundo. El stock de deuda con respecto al PBI es la mitad o la tercera parte de lo que deben algunos países del primer mundo como España, Italia y Japón. La diferencia es que lo deben en su propia moneda, mientras que nuestro país lo debe en dólares y la única forma que tiene de generarlos es exportando, para lo cual debemos contar con un aparato productivo debidamente estimulado con políticas activas.
Hemos sido tema de análisis por parte de economistas de todas las escuelas, muchos de los cuales tuvieron que hacer increíbles cambios de posición para transformar los elogios que supieron prodigar a la Argentina durante una década en severas condenas y negros presagios. Los que nos hablan del libre comercio y los mercados otorgan subsidios a sus productores que hacen imposible la colocación de nuestros productos. A pesar de no contar con ningún estímulo, nuestro país ha producido una cosecha record, sembrada cuando los bancos les estaban rematando los campos a los productores, con un tipo de cambio 1 a 1 y con media provincia de Buenos Aires bajo el agua por inundaciones.
La forma de pagar la deuda es produciendo, de forma tal que el crecimiento y desarrollo del país garanticen un retorno necesario para honrar la deuda. Teniendo en cuenta que la función de producción y crecimiento está vinculada directamente con la inversión, debemos generar un shock de confianza recíproca entre la actividad privada y el Gobierno sobre bases que permitan lograr ese objetivo. Y una vía para ello es rescatando la deuda argentina emitida en cualquier moneda, recomparándola en moneda local al cambio del día de la operación y al valor de la paridad que se establezca al aprobar el proyecto, y sólo para ser invertida en proyectos productivos en el país, libremente elegidos por el inversor.
De esta forma, el Gobierno nacional puede orientar las inversiones en función de sus prioridades en distintos sectores y a través de distintos incentivos conforme al interés nacional, de manera que a través de complementaciones y/o compensaciones en los retornos amplíen el menú de opciones a seleccionar por los inversores privados. Esos incentivos deben estar orientados a aquellos sectores exportadores y que –como el industrial y la construcción–, además del valor agregado que generen, absorban mano de obra como forma de disminuir el desempleo y producir un impacto redistributivo en las demás ramas de la economía.
* Presidente de la Comisión de Economía del Centro Argentino de Ingenieros.