LOS CONSTRUCTORES FRENTE AL BALLOTTAGE Y LOS CANDIDATOS
Apostar al Estado inversor
Tienen un plan preparado por el economista de Menem, Carlos Melconian, pero prefieren a Kirchner. La Cámara Argentina de la Construcción quieren obras públicas para impulsar al sector.
Por Cledis Candelaresi
Días antes del ballottage, la Cámara Argentina de la Construcción alistó el denominado Plan Posible, iniciativa para reactivar al sector básicamente sobre la base de la inversión pública. Su autor intelectual fue Carlos Melconian, ministro de Economía de Carlos Menem si éste consiguiera superar la segunda vuelta electoral. Sin embargo, el constructor sanjuanino Munir Madcur, vicepresidente de la CAC, negó ante Cash que este dato pueda interpretarse como una presunta empatía del sector con el ex presidente a quien, personalmente, no parece añorar.
¿El Plan Posible es el plan de obras públicas menemista?
–Melconian trabajó en los antecedentes y en el diagnóstico. Pero el plan es nuestro. No podíamos dejar en manos de un economista nuestra propuesta.
¿Quiere decir que el plan de la Cámara no puede identificarse con el programa de obras públicas de Carlos Menem?
–Yo impulsé que se desvinculara una cosa de la otra.
¿Y cómo se pude desvincular si el autor intelectual sería el ministro de Economía un eventual gobierno de Menem?
–Melconian dio su apoyo técnico. Incluso había algunos subrayados de él destacando los logros de la política económica de la década pasada. Nosotros nos ocupamos de suprimir esos énfasis en el texto final, que quizás puso influido por su postura política. Lo descontaminamos. Así terminamos formulando una propuesta que contempla cómo administrar mejor los recursos del Fonavi, como instrumentar un sistema de leasing para la clase media y cuestiones de ese tipo, objetivas, desligadas de cualquier candidato.
¿Entonces, cuál de los dos candidatos al ballottage cree que sería más permeable a las propuestas del Plan Posible?
–Esto no se lo respondo en nombre de la Cámara sino a título personal: para mí, sin dudas, Néstor Kirchner.
¿Por qué?
–Porque creo que él va a defender más a las empresas nacionales. No va a impulsar megaproyectos que entrañen negocios, básicamente, para constructoras extranjeras. Es el que está menos lejos de lo que nos puede interesar a las constructoras, en particular a las del interior. Menem es más proclive a asumir como propios algunos proyectos que se enuncian fácil ante un micrófono, pero que son irracionales, como el Plan Laura: 10 centavos de impuesto sobre el gasoil para construir 10 mil kilómetros de autopistas. Una obra de esta envergadura hoy sería totalmente innecesaria en la Argentina. Se podría comenzar a construir 2000 kilómetros de inmediato y el resto preverlo para dentro de veinte años. Pero el ex presidente se engancha fácil con megaproyectos que, a veces, pueden transformarse en meganegociados.
¿Es un ejemplo hipotético o usted sabe que Menem está pensando en resucitar el Plan Laura?
–Sé que ha tenido contactos con Guillermo Laura y que la idea le entusiasma. Es un proyecto faraónico y simplista. Algo que le gusta mucho a su entorno quizás más que al propio Menem.
¿Qué es lo central del Plan Posible?
–Hoy el país está en default y no hay crédito interno ni externo. La clave está en emprolijar las cuentas públicas y no desviar con otros fines los impuestos que se recaudan con objetivo específico de hacer obra pública. Sólo con lo que ya se recauda podríamos duplicar el actual nivel de obra si no hubiera desvíos de los fondos específicos. La baja del valor del dólar estimuló la inversión en obras individuales, ya que todavía nohay inversión colectiva. Quizás en el tercer año podría pensarse en crédito.
¿Cuál es el dólar que le conviene a la construcción?
–Nosotros usamos el 80 por ciento de productos nacionales, y la ingeniería es en un 50 por ciento local. Así que nos conviene un dólar intermedio. Si cae el dólar aumenta la inversión privada interna. Si aumenta, se encarecen las obras con equipos y otros componentes importados. Hablar de un dólar de 2,5 o 3 pesos hoy está bien para la construcción. Al menos hasta tanto los costos internos crezcan por mejora del salario. Quizás hacia fin de año podría aumentar las remuneraciones y el nivel de ocupación.
La clave parecen ser los fondos del Estado.
–Sí. En este momento no hay otra opción. El que debe romper el círculo vicioso es el Estado. Hasta creo que se justificaría una emisión limitada con el objetivo de destinar ese recurso a obra pública. El apalancamiento inicial lo tiene que hacer el Estado. Después la inversión privada puede consolidar el proceso. Nuestro gran problema es, justamente, que el Estado está quebrado.
¿No están pensando en algún nuevo mecanismo de financiamiento para la obra privada?
–Cuando se recupere la moneda definitivamente podrá pensarse en algo. Pero, por ahora, hay que recobrar la confianza en la estabilidad del país y en el sistema financiero y, básicamente, salir del default. Y eso no será antes de uno o dos años. Por ahora, habrá que conformarse con la poca inversión interna y el crédito que reaparezca excepcionalmente.