INTERNACIONALES › CóMO SE DEVALúA EE.UU. DESPUéS DE LA GUERRA
1 Bush= US$ 88 centavos
George W. Bush va por más, ahora en la forma de una reducción de impuestos para ganar las elecciones y –tal vez–, perder la economía.
Por Claudio Uriarte
La guerra a Irak termina desastrosamente para la economía norteamericana. Después de su escénica presentación del jueves a bordo del portaaviones USS Abraham Lincoln, y de jugar a destruir un tanque en un simulador de una fábrica de blindados al día siguiente, el presidente de guerra hizo claro cuál es su objetivo de paz: ganar las elecciones de 2004. Para eso, George W. Bush necesita generar empleos. Pero va por la vía equivocada, la que ya le fracasó en esta primera presidencia: volver a bajar los impuestos a los ricos, ahora por un total de más de 500.000 millones de dólares en 10 años. El resultado puede adivinarse ya: un déficit presupuestario de cerca de un billón de dólares en 10 años, si se consideran los más de 300.000 ya acumulados en sólo estos dos años. El problema es que Bush, con tasas de popularidad que bordean el 80 por ciento tras el fin exitoso y rápido al conflicto, probablemente conseguirá lo que quiere de un Congreso acobardado.
El desempleo está en aumento: un 6 por ciento en abril, según los datos difundidos el viernes por el Departamento de Trabajo. Esto representó una suba de dos décimas de punto porcentual respecto a marzo. Paradójicamente, los mercados reaccionaron bien –y el dólar frenó un poco su caída contra el euro– aunque sólo porque los analistas habían esperado un resultado peor. Pero la tendencia es inconfundible, y lo del viernes es una mera mejora del empeoramiento, si cabe el oyymoron. Antes y después de la guerra en Irak, la divisa estadounidense se ha depreciado hasta sus mínimos niveles en cuatro años. Y no es sólo por la opinión de los mercados, sino por la economía estadounidense misma: los desequilibrios del déficit de cuenta corriente y el déficit fiscal, generado por las supuestas medidas de estímulo económico y los costos extra de dos guerras (las de Afganistán e Irak), vuelven a Estados Unidos cada vez más dependiente de la financiación exterior. De hecho, el contemporáneo estancamiento económico europeo parece la única razón por la que el dólar no se ha devaluado más.
Esto sugiere un panorama globalmente sombrío. La conversión del euro en una moneda de refugio no es una buena noticia para la reactivación de las economías europeas. La baja del dólar favorecerá a los sectores exportadores estadounidenses, reforzando las tendencias proteccionistas de todo panorama electoral. Y, tarde o temprano, los dos extremos de esta cuerda sufrirán.