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La reaparición del ex ministro de Economía Domingo Cavallo en medios televisivos y conferencias con la excusa de presentar su último libro no ha dejado de desatar polémica. Uno de los escándalos que más repercusión mediática tuvieron fue el de los huevos que un grupo de militantes le arrojó sin puntería, en el marco de una conferencia que transcurría en la Universidad Católica Argentina. El asunto de los huevazos tapó el tema de la conferencia, donde el ex ministro disertó acompañado de Javier González Fraga, ex presidente del BCRA a comienzos del menemismo y candidato a vice de Ricardo Alfonsín en 2011, y Mario Blejer, ex hombre del FMI y del Banco Mundial, presidente del BCRA durante el mandato de Duhalde y actual asesor de Scioli en temas económicos, que se ausentó de la conferencia alegando motivos de salud.

El tema de la conferencia del creador y sepulturero de la convertibilidad fue sobre la “moneda sana”. El tópico remite a una de las conferencias que Raúl Prebisch dictó en 1955, “Moneda sana o inflación incontrolable”, en su papel de asesor del dictador Aramburu tras el derrocamiento del gobierno democrático de Juan Perón. Sea premeditado o mera coincidencia, el tópico de la estabilidad monetaria ha sido una de las espadas que los liberales han alzado a lo largo de la historia para enfrentar a los gobiernos de base popular desgastados por la inflación. De acuerdo con el diagnóstico conservador, la suba de los precios se vincula con una emisión monetaria excesiva realizada para financiar políticas populistas.

En su conferencia, Cavallo planteó que para salir de la actual estanflación debía copiarse la política que el presidente norteamericano Reagan implementó a mediados de los ochenta, y que el economista cordobés asocia a una rebaja impositiva financiada mediante el endeudamiento externo. Para poder volver a los mercados de deuda, el ex presidente del BCRA en tiempos de la dictadura militar propuso desregular el mercado de cambios, permitiendo la libre compra de dólares junto a una política monetaria que permita la apreciación del peso. En su libre interpretación de la era Reagan, Cavallo desconoce el aumento del gasto militar como elemento dinamizante de la economía norteamericana en ese período, y también pasa por alto que no es lo mismo ser los Estados Unidos y emitir la moneda internacional, que la Argentina, cuya moneda nacional a duras penas transita por nuestro territorio.

La propuesta de endeudarse en dólares para financiar una reducción de impuestos a los empresarios ya fue implementada por Domingo Cavallo en los años noventa al bajar los aportes patronales desfinanciando la seguridad social, mientras se cubría el déficit de las cuentas públicas colocando bonos en el exterior. Esa política no toma en cuenta que la emisión de deuda externa, para ser sustentable en el tiempo, debe ir de la mano del desarrollo de la capacidad de repago. Ello implica destinar los créditos e inversiones externas a financiar proyectos de sustitución de importaciones o expansión de exportaciones, únicas fuentes de divisas para cancelar pasivos externos, y no rebajas impositivas de bajo impacto en materia de comercio exterior.

Por otro lado, el ex ministro parece encontrarse desorientado respecto de la situación de acceso a los mercados de crédito de nuestro país. Una apertura cambiaria, en un contexto donde el fallo Griesa dificulta resolver el default de la deuda arrastrado desde la crisis de la convertibilidad, más que una apreciación cambiaria generaría una corrida que en poco tiempo agotaría las reservas, forzando una megadevaluación poco sana para la moneda nacional

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