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Domingo, 28 de agosto de 2016

EL NEGOCIO DEL FENóMENO

PokéMonedas

Pokémon Go es un modelo de negocios que permite facturar millones de dólares a poderosas firmas de la industria del juego y de internet.

 Por Esteban Magnani

Pokémon Go es una profecía autocumplida: luego de su exitoso lanzamiento y alcanzar cierto umbral, la prensa retroalimentó el juego/fenómeno con tal cobertura que se hizo imparable. Encontrar a alguien que no sepa de su llegada es más difícil que atrapar que un Volcanion, la figurita más difícil de este álbum interactivo de realidad aumentada que es Pokémon Go.

Los medios generalmente hacen foco en los hábitos extraños que genera en los jugadores, los gastos que produce (un gimnasta olímpico japonés recibió una factura de 5000 dólares por jugar en Brasil), los peligros de mirar la realidad solo a través de su celular, cómo la gente pierde peso gracias al juego o incluso la invasión que sufrió el Central Park de Nueva York luego de que se detectara un Vaporeon.

Detrás de escena, como suele ocurrir, hay un modelo de negocios que permite facturar millones y titanes de la industria (como Google o Nintendo) con una trayectoria capaz de dar ciertas garantías para un lanzamiento exitoso. Aún así, probablemente no esperaban tanto: solo en el primer mes la aplicación generó cerca de 200 millones de dólares en compras internas de la aplicación como “jewels” o algún elemento que le permita al jugador seguir participando sin tener que esperar. El modelo es conocido como “Freemium”, una mezcla de “Free” y “Premium”: si bien el juego es gratuito, se pueden adquirir herramientas para mejorar las posibilidades de ganar o abrir nuevas posibilidades.

Más difíciles de calcular son los ingresos por negocios paralelos que van desde el clásico merchandising hasta otros más innovadores como regar un determinado lugar con Pokémones para atraer potenciales clientes. Un ejemplo de esta última opción es el contrato que firmaron los creadores del juego con McDonalds en Japón para transformar sus casi tres mil locales en centros de entrenamiento y “Poké-spots” atractivos para los jugadores que, mientras tanto, aprovechan para comer una hamburguesa y recibir un muñequito con la cajita feliz. ¿Cuánto valen esos contratos entre corporaciones? Difícil saberlo pero seguramente van sumando de a millones.

Los más fanáticos también pueden adquirir un brazalete especial capaz de dar la alarma cuando un Pokémon anda cerca y así desenfundar el celular para cazarlo. Y no debe olvidarse, por supuesto, que los usuarios están generando nuevos datos sobre sus interacciones, lugares, amigos, hábitos, que empresas como Google saben bien cómo capitalizar y vender.

El creador directo de la app Pokémon Go es Niantic, una startup creada en 2010 dentro de Google. En 2012 lanzó otro juego de realidad aumentada con énfasis en la geolocalización llamado Ingress, donde dos equipos competían por controlar sectores de las ciudades. El juego permitió recopilar la información geolocalizada con alto nivel de detalle que enviaban los jugadores (generalmente sin saberlo) sobre los lugares más populares de la ciudad. Esos datos son los que se usaron para diseñar la topología de Pokémon Go.

En 2015 Niantic se separó oficialmente de Google y se transformó en una compañía independiente, aunque sigue contando con inversiones de esa corporación. John Hanke, el CEO de Niantic, también había creado la empresa Keyhole (que contaba con financiamiento de la CIA). Google la compró en 2004 sobre todo para quedarse con su producto estrella, al que rebautizó como Google Earth: en el mundo digital nada se pierde, solo se transforma, preferentemente, en algo que dé dinero.

Niantic también sumó a Nintendo y Pokémon Company como inversores para su lanzamiento. Nintendo, de hecho, es dueña en parte de Pokémon Company y con esta app está haciendo su entrada al mundo de los juegos en celulares. La multinacional de origen japonés puede estar contenta con su decisión: a pocos días del lanzamiento de Pokémon Go (del que recibe el 30 por ciento de las ganancias generadas, según el Financial Times), su valuación en la bolsa subió 7000 millones de dólares y superó la de monstruos como Sony. Se calcula que el mercado de juegos móviles generó un facturación total de 24.700 millones de dólares en 2015 en todo el mundo, aunque se estaba estancando su crecimiento. Que Nintendo arranque tan bien en ese mercado es una tentación para futuros inversores e incluso un salto para todo el mercado que vuelve a recibir el interés del capital.

Pero no solo la empresa y sus inversores están facturando. También hay ganancias colaterales. Uno de los beneficiarios es Apple, que calcula una facturación de unos 3000 millones de dólares en el próximo año gracias a las crecientes ventas de PokéMonedas en su app store: se queda con el 30 por ciento de cada venta que se concreta por esa vía. La cotización de Apple en la bolsa también aumentó un 5 por ciento en los primeros quince días desde el lanzamiento del juego. También los vendedores de celulares de alta gama incrementan sus ventas con este fenómeno al igual que los proveedores de datos para celulares. En el furgón de cola también se sube toda la economía marginal de muñecos sin licencia, comida en forma de Pokémones, revistas especializadas en cómo cazar más ejemplares y mucho más, que reciben algunas migajas del fenómeno.

El PokéNegocio aumenta no solo la realidad sino también la fortuna de poderosas empresas.

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Luego de su exitoso lanzamiento, la prensa retroalimentó el juego/fenómeno Pokémon Go.
 
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