La empresa farmacéutica suiza Novartis y la multinacional japonesa Bridgestone fueron designadas por la organización no gubernamental suiza Declaración de Berna, como las empresas más irresponsables del año. La ONG suiza, que en coincidencia con las reuniones del Foro Económico Mundial en Davos otorga los premios Public Eye Award, decidió que Novartis y Bridgestone eran las “más irresponsables por su comportamiento particularmente escandaloso”. El premio en positivo, que también otorga esa ONG, fue para el grupo de supermercados helvéticos Coop por ser pioneros en la creación, en 1993, de una etiqueta biológica para los productos agrícolas que vende en sus establecimientos.

Declaración de Berna indicó que el galardón a las compañías más irresponsables fueron decididos entre las 40 propuestas realizadas por ONG de todo el mundo y que afectan a empresas que son parte del Foro Económico Mundial con “comportamientos en materia social o medioambiental que son el rostro escondido de la globalización en favor de los beneficios”. El Public Eye Award en su categoría mundial fue a parar a la nipona Bridgestone porque se aprovecha de “las condiciones de trabajo próximas a la esclavitud que desde hace 80 años tiene en sus plantaciones de caucho en Liberia”, en donde utiliza “trabajo infantil y causa daños medioambientales”. El presidente de la ONG Green Advocates, Alfred Brownell, se congratuló por ese premio al fabricante mundial de neumáticos y lo consideró como “una señal importante de que se puede poner fin a la impunidad”.

En la categoría suiza, el premio de 2007 a la más irresponsable fue para el gigante farmacéutico Novartis, con sede en Basilea, que ha recurrido ante la Justicia para limitar el acceso de ese país y de otros en desarrollo a los medicamentos genéricos de bajo precio. Novartis fue propuesta para ese poco honroso galardón por la ONG india de ayuda contra el cáncer CPAA, cuyo director Yogenda Sapru, indicó que la empresa suiza “por su política monopolística en India, es corresponsable del sufrimiento de decenas de millones de enfermos de cáncer”. La firma helvética presentó una demanda contra la ley india de patentes para impedir la producción de la versión genérica de un medicamento contra el cáncer, cuya patente fue revocada por las autoridades de India, al considerar que sólo se trata de una fórmula mejorada de un fármaco ya existente y que cuesta diez veces más caro.

Sobre esa cuestión, la organización no gubernamental francesa Médicos Sin Fronteras señaló su preocupación ante ese recurso de la empresa farmacéutica suiza Novartis contra la ley india de patentes, porque afirma, puede privar a los países pobres de medicamentos genéricos esenciales. “No perdemos la esperanza de convencer a la dirección de Novartis de abandonar su juicio”, declaró el presidente de esa entidad, JeanHervé Bradol, al recordar la petición en este sentido que ya recogió unas 200.000 firmas en un mes. Según el responsable de Médicos Sin Frontera, está en juego el derecho de patente y la producción de medicamentos genéricos en India, primer suministrador de este tipo de medicinas para los países pobres.

Los laboratorios suizos intentarán que la Justicia india les reconozca el derecho a patentar una nueva fórmula del Glivec, un medicamento anticancerígeno cuya primera patente remonta a 1993, cuando India aún no estaba sometida a las reglas de la Organización Mundial del Comercio sobre la propiedad intelectual. La Justicia india falló en 2006 en contra de la farmacéutica de Basilea por considerar que la nueva fórmula del Glivec no constituía una innovación suficiente como para merecer una nueva patente. En caso de una victoria de Novartis, otras multinacionales podrían seguir su ejemplo, por lo que “se corre el peligro de esperar otros genéricos durante 40 años”, ya que las patentes de algunas medicamentos podrían ser prolongadas debido a modificaciones mínimas en sus fórmulas, denunció Annick Hamel, miembro de la ONG francesa.