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Por Susana DIaz

Más de 400 mujeres representantes de todas las zonas rurales del país se reunirán esta semana en Buenos Aires en el primer Encuentro de Mujeres Campesinas y Aborígenes. El objetivo será volver “visible lo invisible”, esto es, transmitir que uno de los rostros de la pobreza rural es femenino, o como lo describen las organizadoras del encuentro, que se conozca el proceso de “feminización de la pobreza” emergente del agravamiento de la exclusión social en el campo, entre cuyas raíces se destaca la concentración de la propiedad rural.
Si bien la exclusión no reconoce género, las formas que asume en el proceso de adaptación de las familias sí afecta de modo diferenciado a las mujeres. Una de las consecuencias es, por ejemplo, el aumento significativo del número de mujeres jefas de hogar, una situación que en el campo se agrava como consecuencia de las migraciones. Además, las mujeres están a cargo de la alimentación de la familia: elaboran conservas, son las responsables de la producción de la huerta, atienden animales, buscan leña y acarrean agua, entre otras tareas. A ello se suma que en las zonas más aisladas los servicios del Estado en áreas como la salud y la educación fueron seriamente afectados por las transformaciones estructurales de la última década, lo que supone para las mujeres la responsabilidad de hacerse cargo de cubrir estos baches.
Para Edelmira Díaz, coordinadora de la Red Trama, una de las organizadoras del encuentro, sostuvo que “las mujeres campesinas y las aborígenes se encuentran en condición de desigualdad por el hecho de ser mujeres rurales y pobres, estando ‘invisibilizadas’ como consecuencia de vivir en áreas alejadas y aisladas”. Para la especialista de la Secretaría de Agricultura, esto “determina que sus problemáticas específicas sean desconocidas por el conjunto de la sociedad y por los responsables de las políticas, siendo que ellas merecen especial atención”.
Quienes intentarán que la discusión de sus problemas se amplifique para ser escuchadas serán las representantes de más de 300 grupos de todo el país formados exclusivamente por mujeres rurales.