Colectivos

Con relación a la nota de subsidios al transporte (Cash, 24 de septiembre), veo con satisfacción que Diego Rubinzal ha destacado el tema de la discriminación de estos subsidios entre Capital/Conurbano y el resto del país. Agrego que el interior, con nuestros impuestos, subsidia también los subtes y trenes que no tenemos. Debo decir que lo del transporte es tan sólo una muestra de esas discriminaciones. Vivo en Rosario y el costo de la energía eléctrica residencial es un 120 a 140 por ciento más caro que en Capital: 700 kw bimestrales cuestan en Capital unos 65/70 pesos contra 160 de aquí. Con relación a Aguas Argentinas, el Gobierno se apresuró a decir que haría las inversiones necesarias para compensar lo que esa empresa no hizo. Debió aclarar que esas inversiones sólo las haría en Capital/Conurbano, porque en esta provincia –que también padeció a Aguas Argentinas– las inversiones serán a cargo de la provincia y de los usuarios. La Argentina sí termina en la General Paz.

Daniel García
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Gasoil

Desde hace años trabajo en el sector agropecuario. Lamentablemente, no importando el gobierno de turno, siempre el sector agropecuario es golpeado de una forma u otra. Ahora escuchamos decir al Presidente de la Nación que no hay crisis energética. Pregunto: la falta de gasoil que hoy existe en el país, ¿qué es? Parece ser que el Gobierno no tiene bien claro cuáles son las fuentes energéticas de un “país en serio”. Por tal motivo hasta que el gobierno nacional deje de hacer política barata y se sincere con que el problema de la falta de combustible es real y –ya diría– desesperante. Para el agro, el combustible es una materia prima para que pueda funcionar y de esa forma poder producir. Al gobierno nacional habría que recordarle que la mayor recaudación de impuestos que van a las arcas del Estado salen de la producción agropecuaria y que muchas ciudades del interior, su economía, dependen del sector agropecuario. Pero si no tenemos el “insumo” para poner la fábrica en marcha, ¿qué hacemos? Si no sembramos, las economías de las ciudades que dependen del agro se resentirán. Hasta cuándo habrá que esperar a que este Gobierno tome conciencia de dicho problema y tome una solución de fondo, ya que las soluciones que “a veces” da son parciales y nunca van al cuello del problema. Están cumpliendo una función pública y hay que pensar que los patrones de estos funcionarios es el pueblo argentino. Por tal motivo tienen que cumplir en tiempo y forma con su trabajo. Por último, pregunto: ¿hasta cuándo van a esconder la basura abajo de la alfombra? Es hora de sincerarse y tomar medidas en serio para que de una vez solucionemos los problemas.

Mario Bettini
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