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Luego de leer el artículo “¿Dónde hay un crédito Viejo Gómez?” publicado en Cash el 28/2/10, no puedo menos que exclamar ¡Por fin! Hace tiempo que, con un amigo y compañero bancario de muchos años, nos preguntábamos por qué este gobierno y el anterior no utilizaban las “liberaciones condicionadas” para orientar el crédito bancario, claramente hoy orientado a la ganancia fácil, y un día llegamos a la conclusión de que era probable que no lo hicieran porque no debía quedar nadie ni el BCRA ni en el Ministerio de Economía que supiera lo que es eso, pues desaparecieron con Martínez de Hoz –hace 33 años–, luego de años de ser utilizadas por distintos gobiernos. Los niños con masters en Harvard que han dirigido el BCRA estos últimos años es probable que no lo sepan, porque no creemos que en Harvard enseñen “liberaciones condicionadas”. Para orientar el crédito bancario no hace falta nacionalizar los depósitos. Simplemente el BCRA libera puntos del encaje con destino específico, por ejemplo: aumentar la capacidad de producción de la pequeña y la mediana empresa. A estas liberaciones con destino específico se las llamó durante años “liberaciones condicionadas” y si el BCRA vuelve a ellas estamos en el buen camino, pero que no se les olvide que las “liberaciones condicionadas” requieren de un cuerpo de inspectores que controle in situ que no haya habido desvíos y que el BCRA multe al banco que desvíe. Por último, el informe de que habla la nota recomienda reabrir los bancos provinciales. Es una realidad que habría que hacerlo, pero las provincias hoy fundidas en su mayoría no están en condiciones de reconstruir lo que nunca debió desaparecer. Los que vivimos permanentemente en el interior podemos dar fe del daño inmenso que hizo a las economías provinciales la desaparición de sus bancos de provincia, porque salvo Buenos Aires, las economías provinciales están basadas en el pequeño y mediano productor y ningún banco privado financia a estos grupos.

Alicia Inés Maxuach de Díaz
Viedma, Río Negro
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