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“Para este año se espera un aumento en el tamaño de las construcciones privadas residenciales luego de una primera etapa caracterizada por pequeñas obras de ampliación. Se está invirtiendo en edificios entre medianeras en zonas rentables porque, a diferencia de la década del ‘90, se busca mayor seguridad con menos inversión. Quienes compran las viviendas son sectores de alto poder adquisitivo que no dependen del crédito. Lo llamativo es que según los datos del Censo 2001 la ciudad de Buenos Aires tiene 200 mil habitantes menos que en 1990. Entre el 10 y 15 por ciento de los departamentos de la ciudad estarían sin habitar. En la zona norte la población descendió y sin embargo, se construyeron unos 100 mil departamentos. Por lo tanto, se puede inferir que el ciclo de construcción no está atado al crecimiento de la demografía. Es una maniobra especulativa que apunta a generar una reserva de valor. Lo positivo en este contexto es que la construcción está generando empleo”.