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¿Qué medidas están tomando para favorecer el acceso al crédito del sector textil?
–El Estado está licitando 100 millones de pesos a otorgar a aquellos bancos que ofrezcan la menor tasa de interés para capital de trabajo e inversión en la industria. El que ofrece la menor tasa gana y la mitad de esa tasa la subsidia el Estado. Las empresas pueden llegar a conseguir así préstamos a tasa variable del 6 por ciento al 9 por ciento anual. El asunto es mejorar las condiciones de accesibilidad.
¿Por qué no crean un Banco Nacional de Desarrollo como el que funciona en Brasil?
–Hay propuestas en ese sentido desde distintos sectores industriales, pero el Estado no tiene la capacidad de financiamiento necesaria. Si tuviéramos para ofrecer un volumen de, por lo menos, 2000 millones de dólares en préstamos, podríamos transformar el BICE en un Banco de Desarrollo direccionado a dar préstamos con tasa subsidiada. Eso sería ideal, pero mientras tanto, la licitación de tasas permite generar un mecanismo similar.
¿Piensan incentivar la producción algodonera?
–El boom de la soja produjo como efecto secundario la caída de la producción de algodón. La Argentina tiene ventajas comparativas y se está estudiando otorgar un estímulo a la producción. El plan algodonero presentado por ProTejer contenía una norma de reducción del IVA. Eso sería dificultoso, pero se pueden otorgar subsidios directos al sector.
¿El aumento de las importaciones textiles brasileñas constituye una amenaza?
–Puede ser que algunos eslabones de la cadena pongan más impronta en los reclamos, pero en general, la falta de competitividad del sector textil es cierta. El objetivo es mejorar favoreciendo la competitividad y no la nivelación hacia abajo. Buscamos que las ventajas comparativas se conviertan en ventajas competitivas sustentables en el tiempo.
¿Se puede competir en todos los eslabones de la cadena textil?
–Se está analizando dónde hay ventajas comparativas para favorecer ciertas especializaciones, pero eso no va a generar la desaparición de un eslabón sino de algunos productos. No estamos dando una discusión cerrada, pero a los empresarios les pedimos consistencia. Si Brasil produce 100 millones de remeras verdes, a un costo de 1 centavo, ahí no podemos competir.