“Están recuperando márgenes”

“En el mercado de la carne ningún jugador es decisivo, pero algunos tienen más peso que otros y se conocen entre sí; es decir que si cuatro o cinco frigoríficos o diez ganaderos se ponen de acuerdo pueden incidir en los precios. Eso ocurre porque en el mercado de Liniers se definen las cotizaciones y por ahí pasa sólo cerca del diez por ciento de la carne que se negocia en el país, pero define el precio para todos. En esta oportunidad parece que el aumento de la demanda interna está siendo aprovechado por el sector para recuperar sus márgenes de ganancia. El Estado tiene varias herramientas para intentar controlar la situación. Una son las retenciones; otra es incrementar los controles sanitarios como forma de presión; otra alternativa sería retirarles la Cuota Hilton a los frigoríficos que suben los precios en el mercado interno. Esa es una cuota de exportación de carne a Europa que garantiza ingresos extraordinarios a los frigoríficos y que es distribuida por el Estado. No puede ser que quienes tienen ese beneficio, a su vez aumenten los precios en el mercado local.”

“Crecen con las exportaciones”

“La suba de precios de la carne vacuna se debe a la mayor demanda desde la exportación que hace relativamente escasa la oferta disponible. El consumo interno acompaña en desventaja debido a la limitada capacidad de compra del consumidor. La oferta insuficiente se explica por la falta de incentivos que tuvo la producción en los últimos años. Los bajos precios fueron consecuencia del cierre de los mercados externos luego de la reaparición de la aftosa, del avance de la agricultura sobre áreas ganaderas y la reacción débil del mercado interno luego de la salida de la convertibilidad. La carne de la Argentina en términos de calidad/precio todavía es competitiva y tiene margen para exportarse más y a mayor precio. Sería lo mejor aceptar que hay cortes de la res que tienen un valor mucho mayor para la demanda externa que aquello que puede ofrecer el mercado interno. El mejor precio alentaría a la producción a ofrecer más a futuro y el consumo interno debería reducirse al ser sustituido por otras carnes, que en la actualidad son más baratas en sus costos de producción, y/o por cambios en la dieta.”

“Existen comportamientos oligopólicos”

“El mercado de la carne está atomizado a nivel de producción y muy concentrado en la industria porque más allá de la cantidad de frigoríficos, los poderosos son los que controlan las exportaciones. Esas empresas rigen el mercado y tienen comportamientos oligopólicos porque condicionan los precios. El control no sólo tiene que ver con el porcentaje de mercado sino con el liderazgo que ejercen. Ahora aprovecharon el aumento de la demanda para subir los precios. El problema es que el carnicero aplica el aumento y si es aceptado por el mercado, después no hay ninguna razón para que lo baje. El Gobierno tiene que tener en cuenta que es muy complicado hacer acuerdos de precios sin fijar un castigo para el que no cumpla. Para mantener los precios, al sector industrial se le puede impedir exportar o aumentarle las retenciones. En el sector minorista hay que publicar precios de referencia. A la gente le dicen que busque precios más baratos pero no sabe con relación a qué. El Gobierno tiene que hacer valer los instrumentos disponibles. Hasta ahora se dedicó a gritar, pero los industriales de la carne no se asustan fácilmente.”