El Gobierno resaltó el aumento que contemplan las partidas presupuestarias para educación, ciencia y técnica, energía y transporte, pero el gasto primario en términos reales sigue muy por debajo de 2001.

–El gasto público está de acuerdo a las posibilidades de recaudación que la economía tiene y a una situación financiera compleja, pero también es justo reconocer que los presupuestos iniciales de nuestra gestión se concentraron en los efectos más duros de la crisis. El programa emblemático fue el Plan Jefas y Jefes. Luego el crecimiento permitió reducir entre 700 y 800 mil planes, producto de la incorporación de los beneficiarios al mercado laboral. Eso posibilitó darle prioridad a gastos en inversión pública, educación, ciencia y tecnología para consolidar el crecimiento.

Usted señala que el gasto está de acuerdo a las posibilidades de recaudación, pero desde una perspectiva heterodoxa se le podría decir que un mayor aumento en el gasto podría acelerar la recuperación e incluso mejorar la recaudación.

–Hoy más que el gasto público, para asegurar un crecimiento sostenido se debe impulsar la inversión, particularmente privada, con ampliación de capacidad instalada en industria y servicios públicos.

El Gobierno otorgó incentivos fiscales para favorecer la inversión, pero se benefició a grandes empresas como Techint y Repsol.

–En los incentivos que hemos lanzado hasta ahora les ofrecimos a las pymes el máximo que cada una de las leyes nos autoriza. Con relación al resto, nuestro interés es que la inversión en términos generales crezca.

¿El Presupuesto contempla un aumento para los beneficiarios del Plan Jefes?

–No, por ahora no ha sido considerado un factor prioritario.

¿Y en el caso de los empleados públicos y los jubilados?

–El presupuesto no prevé incrementos de salario en el sector público y en el caso de las jubilaciones contempla la última medida que elevó la jubilación mínima a 390 pesos.