Domingo, 6 de noviembre de 2005 | Hoy
Daniel Marx
ex secretario de Finanzas y consultor del CEF
¿Hace falta un acuerdo con el Fondo para cerrar las negociaciones con el Club de París?
–Normalmente ellos requieren que haya un acuerdo previo con el Fondo. Por eso algunos funcionarios del Gobierno ahora están diciendo que en algún momento hay que volver a negociar con el Fondo.
¿Cómo se negocian los plazos y tasas con este tipo de acreedores?
–El Club de París en general da refinanciaciones de plazos, no de montos. Sólo dio quitas a países muy pobres, africanos y otros por el estilo. Pero creo que esta vez la Argentina va a ser un caso raro.
¿Por qué?
–Bueno, el criterio de comparabilidad de tratamientos, que se aplicó en anteriores renegociaciones, establece que los países acreedores aceptan condiciones similares a las que aceptaron los bonistas en una renegociación.
¿Entonces habría una quita similar a la que se fijó para los bonistas?
–No necesariamente, pero por lo menos existe ese argumento. Lo que pasa es que en las renegociaciones anteriores de títulos en default de otros países en general se estiraron más los plazos y las tasas, y no se puso tanto énfasis en la quita nominal. Por eso digo que la Argentina va a ser un caso raro.
Usted estaba a cargo de la deuda cuando se hizo la última renegociación con el Club de París. ¿Por qué no hubo quita en ese momento?
–Sí, yo ya era funcionario, la última renegociación fue cerca del Plan Brady. Pero el Club de París en ese momento no daba quitas de monto sino de plazo y de tasa.
Pero las tasas después del Brady aumentaron. ¿Qué recorte se aplicó originalmente?
–No recuerdo ahora cómo se negoció la tasa, pero lo que sí recuerdo es que quitas no hubo, porque no se daban quitas y de hecho tampoco se dieron después. Por eso digo que el de la Argentina ahora va a ser un caso raro.
Alejandro Vanoli
especialista en Deuda Pública del Grupo Fénix
¿Cómo cree que debería encararse la renegociación de la deuda con el Club de París?
–Esa negociación forma parte de un proceso de normalización financiera que es bueno concluir. Los principios que debería seguir son similares a los de la negociación con los bonistas, el eje tiene que estar en lograr un perfil de pagos sustentable y compatible con el crecimiento.
¿Se podría pedir una quita nominal?
–Lo que está en discusión es eso. El Club de París en general sólo ha concedido quitas a países muy pobres. Pero hay precedentes de quitas de capital en países medianos como algunos de la ex URSS y Perú, así que la Argentina también podría pedirla. Quizá no califica para alternativas como la condonación, que es para países con PIB per cápita inferiores a los mil dólares, pero sí para entrar en el grupo de países de desarrollo medio altamente endeudados. Hay que jugar los argumentos de la crisis y el alto nivel de la deuda.
¿Es posible una quita de capital similar a la del canje de bonos?
–En términos de valor presente, sí, puede ser comparable. Tal vez no en quita de capital estrictamente hablando, pero en términos de tasas y plazos puede ser de entre el 60 y 70 por ciento.
¿Cree que el Gobierno está dispuesto a negociar a cara de perro con las principales potencias del mundo?
–Me parece que sí, teniendo en cuenta los precedentes de bonistas y el Fondo. Igual los países ya descontaron hace tiempo que habría un recorte en esa deuda, por lo menos en los plazos e intereses. Creo que ésta va a ser una negociación mucho más sencilla que la de los bonistas.
¿Está atado el entendimiento a un acuerdo con el Fondo?
–Creo que no está estrictamente atado. Hay precedentes en un sentido y en el otro. En tanto se le pague al Fondo como se está haciendo ahora, se puede negociar con el Club de París. Es verdad que en los ‘80 en general las refinanciaciones siempre vinieron después de un acuerdo con el Fondo. Pero no hay ninguna norma que lo diga.
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