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El 28 de mayo pasado se presentó en sociedad la Asociación Empresaria Argentina (AEA), integrada por 47 ejecutivos de las empresas más importantes del país, ya sean industriales, financiero o de servicios en general. El presidente de la flamante asociación es Oscar Vicente, vicepresidente del Grupo Pérez Companc. En el listado de miembros del club figuran Arcor, Techint, Loma Negra, Repsol YPF, Laboratorios Bagó, Grupo Clarín, IMPSA, BankBoston, Coto, Grupo Roggio, Telecom, IRSA y Roemmers, entre otras. Eclipsada la UIA (Unión Industrial Argentina) y con el tradicional Consejo Empresario Argentino (CEA) demasiado asociado a la década de políticas aplicadas por Washington y el menemismo, el objetivo de AEA es evidente: convertirse en el interlocutor privilegiado en representación del poder económico para cualquier gobierno.