“Exportar servicios y biotecnología”

Ricardo Gerardi<br /> Profesor de Sistemas Económicos Comparados
de la Universidad de Buenos Aires.

“Una mirada crítica sobre el modelo cubano indica que se trata de una adaptación del modelo soviético a una isla del Caribe, pero con la particularidad de que no planteó inicialmente una transformación estructural productiva, como por ejemplo la elección de la Unión Soviética de dar prioridad a la industria pesada, sino que dependió de la generosidad, y conveniencia geopolítica de la URSS, tanto vía comercio como vía subsidios. Es decir, mantuvo, como en tiempos de la colonia, su inserción internacional como monoproductor azucarero. El aditamento particular, si se quiere, vino por el lado del liderazgo de Fidel Castro con los agregados aportados por personajes como el Che Guevara. La consecuencia, mirada desde la comodidad del presente, es que no fue sino hasta después de la fuerte crisis provocada por la caída de la Unión Soviética que se propusieron transformaciones a través del desarrollo de ventajas comparativas dinámicas, como la exportación de servicios de salud y de biotecnología. También, en especial, de inversiones asociadas con extranjeros en turismo, sobre todo españolas; inversiones muy ligadas a las Fuerzas Armadas. En la cuestión más profunda del Hombre Nuevo lograron, en un sector de la población, alguna transformación, pero no consiguieron resolver adecuadamente la disyuntiva entre estímulos morales versus estímulos materiales; estos últimos muy bajos para lo que es el nivel de conciencia de la humanidad actual. Y más estando tan cerca de Miami.”

“La opción china o rusa”

Eduardo Crespo
Economista y politólogo. Master en Economía
Política de la Universidad Federal de Río de Janeiro.

“En circunstancias geopolíticas diferentes, Cuba tiene frente a sí dos modelos: el chino y el ruso. En China se implementaron reformas económicas graduales y el Estado nunca perdió el control. En el caso ruso, por el contrario, se procuró implementar reformas económicas y políticas en forma simultánea y el Estado perdió el control de la situación. Desde 1978, año en que comenzaron las reformas, China es el país que más crece en el mundo y ya es el primer exportador mundial. Al mismo tiempo, mantuvo su integridad territorial, ampliando su soberanía sobre Hong Kong y Macao, sigue siendo una potencia militar, mantiene intacto su proyecto imperial, se estima que para el año 2010 va a tener más PHD que Estados Unidos, está en la carrera espacial y es una de las locomotoras del mundo, superando en este punto a Europa. Lo mismo puede decirse, aunque en menor medida, de Vietnam. En el caso soviético el país se subdividió en numerosos estados, experimentó una debacle económica, por un tiempo (hasta la llegada de Vladimir Putin) perdió su proyecto imperial y vivió un literal proceso de desintegración y descomposición social impulsado por reformas neoliberales. En Asia, en cambio, las economías y los estados nacionales son cada vez más poderosos. Sin dudas Cuba tendrá que hacer reformas, tendrá que promover la iniciativa privada, ampliar las posibilidades para que se siga incorporando la inversión extranjera, etc. Pero el Estado no puede perder el control de la situación, tiene que mantener a rajatabla su poder militar y debe controlar todo el proceso.”