CLAUDIO LOZANO economista
CTA

“No es una política keynesiana”

“El Gobierno apela a la obra pública tratando de rememorar una
política keynesiana, pero Keynes sostenía que el efecto de la
obra pública implicaba incremento de demanda agregada si la misma se
sostenía con déficit y actualmente se la quiere aplicar en un
contexto superavitario. Por lo tanto, por más obras que se hagan sólo
habrá efecto reactivamente con aquellos recursos vinculados a préstamos
del exterior. La otra opción sería introducir un cambio profundo
en el modelo económico a partir de una reforma tributaria que grave a
los sectores de altos ingresos, una canalización diferente del gasto
y la implementación de una nueva regulación de los mercados que
haga a una estrategia productiva diferente. Lavagna señala que el proceso
de distribución es el resultado del incremento de la masa salarial que
paga la economía en relación con el aumento de la productividad.
Pero esto no es así porque para que haya propuesta distributiva la masa
salarial debe crecer por encima de la evolución de la productividad.
Sólo en ese nuevo contexto la obra pública podría tener
un efecto de reactivación.”

JUAN LUIS BOUR economista
FIEL

“La solución no es la obra pública”

“El Gobierno tiene un margen para realizar obras porque actualmente la
inversión pública es muy baja con relación al PBI. Una
opción es dedicarse a la construcción de viviendas económicas
que no requieran mucho material sofisticado para incrementar los puestos de
trabajo. Sin embargo, para que la economía se reactive no alcanza con
hacer crecer la inversión pública de 3500 a 6000 millones, porque
en términos del Producto sigue sin representar demasiado y encima se
corre el riesgo de desplazar aún más a la inversión privada,
verdadero sostén del crecimiento del PBI a lo largo de la historia. La
experiencia argentina indica que cuando la inversión pública creció
lo ha hecho en desmedro de los privados y en muchos casos de manera ineficiente.
Por lo tanto, la solución no pasa por incrementar medio punto del producto
la inversión pública sino por impulsar un salto en la inversión
privada para pasar 27.000 a 50.000 millones de pesos. Lo ideal no es generar
un empleo transitorio en la construcción sino lograr que el trabajador
se inserte en el mercado ya sea como empleado o poniéndose un quiosco.”