ANDRES CHAMBOULEYRON, ESPECIALISTA EN SERVICIOS PUBLICOS
“Debe haber más competencia”
Cómo se deberían renegociar las tarifas de los servicios públicos?
–Como en todos los países del mundo. Abriendo los mercados a una mayor competencia. En este momento es lógico que pidan aumentar sus tarifas, porque la incidencia de la devaluación es fortísima. Pero, si se permite que en cada sector compitan varias compañías, las tarifas tenderán a bajar hasta encontrar el nivel de equilibrio.
¿Querrán ingresar nuevas empresas en la situación en que se encuentra el país, con depresión económica, default y ruptura de la cadena de pagos?
–No es necesario que vengan otras empresas. En el servicio telefónico hay más de treinta compañías que invirtieron 4000 millones de dólares en los últimos dos años. Ahora están esperando que se cumplan las condiciones de desregulación que se legislaron, pero nunca se reglamentaron. Ya invirtieron. Sólo hay que abrirles el mercado para que compitan. Es el lobby de Telecom y Telefónica el que las frena. En electricidad y gas pasa lo mismo. Bastos firmó el decreto que permitía a las comercializadoras competir en el mercado residencial. Y el Congreso lo derogó. Si se implementara, cada usuario podría elegir entre varias compañías. La reducción de tarifas sería importante.
¿Siguen siendo caras las tarifas de servicios públicos?
–En general, con este tipo de cambio, los servicios quedaron baratos en dólares. Pero siguen siendo caros comparados con el poder adquisitivo de la sociedad. De todas maneras no se puede hablar de servicios y de empresas en general. Las compañías eléctricas de la provincia de Buenos Aires son lejos las más caras del país. El resto está en línea con las tarifas del Mercosur. En telefonía, las restricciones a la competencia derivaron en que, a pesar de la baja en llamadas de larga distancia que se verificó el año pasado, todavía sigan siendo caras.
¿Las compañías podrían exigir legalmente que se cumplieran los contratos en dólares?
–No creo que quieran llegar a esa instancia. Las telefónicas, por ejemplo, se privatizaron antes de la convertibilidad. Cuando compraron los pliegos las tarifas estaban nominadas en pesos. La dolarización vino después vía decreto.