Sábado, 15 de septiembre de 2012 | Hoy
TEATRO › PRIMER FESTIVAL DE TEATRO INFANTIL HUGO MIDON
El encuentro, que se desarrolló desde el martes para escuelas y organizaciones sociales, tendrá hoy su jornada de cierre para el público en el Espacio Cultural Nuestros Hijos (ECuNHi), con entrada libre y gratuita. Participarán distintos colectivos teatrales.
Dio vida a payasos alocados, reflexivos y románticos que quedarán guardados en la memoria colectiva. A través de sus personajes transmitió mensajes que llegan directo al corazón. Regaló obras que atrapan a los más chiquitos y también a los padres. Sostenía que sus obras eran para todos. Así era Hugo Midón, uno de los más grandes maestros del teatro para la familia, que continúa tan vigente como siempre y que será recordado y homenajeado en el Primer Festival de Teatro Infantil Hugo Midón. El encuentro, que contará con la participación de distintos colectivos teatrales, tendrá su jornada de cierre hoy a partir de las 14, en el Espacio Cultural Nuestros Hijos (ECuNHi), Av. del Libertador 8465, con entrada libre y gratuita. “En este festival trabajamos con la memoria. Por eso homenajeamos a María Elena Walsh y ahora a Midón, que ha sido un gran artista y un gran maestro, con una postura ante la vida y ante el arte que es realmente maravillosa. Por eso son éstos iconos los que nos van alumbrando nuestro camino”, fundamenta Violeta Zorrilla, una de las organizadoras del evento que coorganizan el ECuNHi y el Ministerio de Educación de la Nación.
“Para nosotros Midón es un gran maestro. Hizo un teatro que abarcó a grandes y chicos y eso es maravilloso. Con sus obras generó que padres y niños pudieran compartir a la par, con un lenguaje que tenía un guiño para cada uno. Hizo un teatro inclusivo”, define Verónica Parodi, otra de las organizadoras y coordinadora general del Programa “El ECuNHi hace escuela”. “Siempre estaba hablando de los derechos, de la solidaridad, de los valores. Nos dejó una obra impresionante”, completa la idea Parodi. Hoy, en la jornada de cierre del festival –que se ofreció para las escuelas y organizaciones sociales desde el martes pasado–, mostrarán su arte el grupo Libertablas, los Títeres de Pakapaka y muchos de los grandes actores que trabajaron con Midón, entre ellos Carlos March, Gaby Goldberg, Roberto Catarineu, Ana María Cores y Carlos Gianni, autor de la música que acompañó las obras del director y dramaturgo. Además habrá una exposición de fotos que harán un recorrido por la vida y la obra del homenajeado (ver aparte).
“El arte de Hugo tiene una característica fundamental, que es la libertad con la que él afrontaba los desafíos y las creaciones artísticas. Y es la misma que tienen sus actores, que tienen una alegría de vivir y un gran coraje para decir y hacer. Esa libertad es maravillosa”, define Zorrilla ante Página/12. “Ha hecho un arte enorme tirándose una y otra vez a la pileta sin medir las consecuencias. Y esa es la libertad a la que nosotros apuntamos. Por eso, en este lugar, construimos desde la memoria, en pos de sujetos activos y libres. Entonces Midón tiene todos los condimentos para estar en este homenaje”, concluye la joven, que además es coordinadora del área de teatro de ese espacio cultural y educativo sostenido por las Madres de Plaza de Mayo. “Donde hubo tanto horror (en la Ex ESMA), ahora florece mucho arte y vida”, coinciden las organizadoras cuando reivindican ese lugar emblemático que funcionó en la dictadura como uno de los más grandes centros clandestinos de detención y hoy es un centro cultural abierto a toda la comunidad.
¿Cómo olvidar Vivitos y coleando, con esas geniales canciones pegadizas que entretenían y emocionaban? ¿Y Narices? ¿Y Locos re-cuerdos? ¿Y Derechos torcidos?, por nombrar sólo algunas de sus notables creaciones que inevitablemente quedarán guardadas en la memoria y en el corazón de quienes las conocieron. Las canciones de Midón y Gianni ayudaron a los niños y adultos a crecer y creer que un mundo mejor no era imposible, cuando en plena década de los ’90 sus payasos cantaban por televisión: “Mi padre no tiene corazón, por eso no le gusta el básquetbol, no tiene tampoco sensibilidad para lo musical. Es un rey, ¿qué voy a hacer? No puedo pedirle, no puedo exigirle que se suba a mi tren”.
“Lo particular es que Hugo siempre hizo teatro y lo hizo sin pensar en que los niños necesitan algo diferente a los adultos. Siempre integró a todo el público. Tenía esa manera tan particular, tan natural y tan aguda al mismo tiempo de ver y recrear la realidad y reflexionar y hacer reflexionar”, define Carlos March, uno de los actores que trabajó casi veinte años con Midón y que el sábado participará de Midoneando, al cierre del festival. En ese sentido, lo recuerda también el actor y músico Roberto Catarineu: “Lo más común es tomar al niño como un tonto. Sin embargo, Hugo no creía que los chicos tenían una capacidad inferior, sino una capacidad distinta, hasta más elevada y superior a la de los adultos. Lo que hizo Midón fue una reestructuración total de eso”.
Todos sus compañeros de trabajo, sus amigos y sus familiares coinciden en que el legado que el director y dramaturgo dejó es “enorme”. Para Catarineu, Midón “se preocupó del niño de una manera distinta de como se venía haciendo. María Elena Walsh es otro ejemplo de ese modo de entender el mundo”. Por eso, Catarineu considera que “muchos chicos recordarán su obra eternamente. Midón es un clásico como Cervantes o Shakespeare. Su obra trasciende. No va a haber otro como él”, sintetizó el actor que formó parte del elenco de Narices y Vivitos y coleando, entre otras obras.
“Comparto con él el amor y la pasión por lo que hacemos. En sus obras pude ser princesa (en El gato con botas), payasa (en El salpicón) y madre (en Huesito caracú), que son tres cosas que a mí me encantaron. Me dejó la posibilidad de ser, con libertad, con amor y con diversión”, recuerda la actriz y docente Gaby Goldberg. “Dejó canciones con letras de amor, hechas desde el alma. Y en cada una podés escuchar a tu papá, a tu novio, a tu amigo. Su obra habla de todos los amores que uno puede tener”, cuenta la actriz, que dio clases en Río Plateado, la escuela de Midón. “Hizo muy buenas cosas; ver y escuchar su obra hace muy bien”, sintetiza Goldberg.
Lejos de quedar archivadas, las canciones y obras de teatro “midoneanas” siguen cautivando a grandes y chicos. “Su obra se fue transmitiendo de generación en generación. Ha influido en la conexión de la familia. Los padres llevaban a los chicos a los espectáculos y terminaban más enganchados ellos que los chicos. Entonces, eso generó una especie de transmisión generacional que sigue hasta hoy”, considera su amigo y compañero de trabajo Carlos March. Y continúa: “Es muy importante para mí y para los que estuvieron cerca de él que su obra continúe y trascienda”.
–¿Cuál cree que fue la particularidad del teatro de Midón?
–Carlos March: La particularidad es que su obra va directamente a los corazones de los niños y también de los adultos. Conservó esa mirada de la infancia que consiste en tratar a los niños con mucho respeto, con la convicción de que no hay que explicar nada, sino que ellos entienden todo y mucho más. Hugo siempre tuvo ese respeto por los niños. Se dirigió a ellos de una manera muy natural y sin ningún tipo de subestimación, siempre diciendo las cosas desde el juego y el amor.
–Siempre tomó a los niños como sujetos críticos y reflexivos...
–C. M.: Sí, y con la particularidad de que la participación activa tiene que ver más con el pensamiento crítico y con la reflexión, sin forzar al chico a participar arriba del escenario, sino desde la observación.
–¿Qué significó Midón para usted?
–C. M.: Tuve la suerte y el orgullo de trabajar con Hugo casi veinte años, entonces puedo decirte que en mí es prácticamente una especie de maestro-padre-hermano mayor que me ha marcado artísticamente a lo largo de mi carrera. Fue un antes y un después haberlo conocido.
Entrevistas y producción: María Luz Carmona.
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