¡Qué buena noticia! Tantos encuentros en torno de la música infantil inaugurando este año provocan una doble alegría. Por un lado, la de saber que muchos niños y adultos se reunirán alrededor de este hermoso universo. Por otro, la alegría de reconocerme como parte de un movimiento que asume la diversidad de realidades, identidades, propuestas musicales y pedagógicas que contiene nuestro país. En mi caso, fue en Córdoba, durante el 4º Encuentro de la Canción Latinoamericana y Caribeña, que me descubrí siendo parte de un movimiento dedicado a la música para niños. Las charlas y talleres, los espectáculos presentados y fundamentalmente el contacto directo con los protagonistas, dieron el impulso y dirección necesaria para que nuestro grupo Los Tinguiritas naciera. No menos importante fue el espacio para difundir las propias experiencias artístico–expresivas que algunos generábamos en el ámbito de la educación.

Después vinieron días de muchísimo trabajo, desafíos y aprendizajes. Necesariamente el movimiento implica trabajar, redoblar esfuerzos y tomar decisiones. Pero el “contagio” ya había ocurrido. En el caso de Los Tinguiritas fue en la dirección de llevar nuestra propuesta a esos lugares en donde poco o nada llega, cuando hablamos de espectáculos dedicados a los niños. Y así fue que comprobamos una y mil veces esa magia indescriptible que ocurre en los ojos de niños y adultos que por primera vez concurren a un espectáculo. Recorrimos tantos caminos y compartimos tantos hogares junto a los habitantes de estos lugares, que se convertían espontáneamente en los mejores técnicos, publicistas y productores de nuestras giras.

El contagio por “hacer” se propaga y retroalimenta a cada persona que se suma a esta red. Nos encanta sentirnos compañeros de agrupaciones dedicadas a géneros tan diferentes como el folklore, el rock, el cancionero infantil tradicional o la música originaria. La historia de nuestro grupo es probablemente similar a la de tantos otros que integran el movimiento. Sabemos que como artistas estamos modelando los sonidos, las palabras, los gestos e imágenes que bien–vienen a los recién venidos habitantes de estas tierras. Y quienes recorremos este amplio y diverso país, entendemos la importancia de apuntalar lo local, lo exuberante y prolífico que cada región, cada provincia y hasta cada localidad aporta para que esta cultura siga siendo “nuestra”. Quienes vivimos en ciudades pequeñas, encontramos muchas veces mayores dificultades para sostener esta tarea. Por eso celebro doblemente este “Encuentro de Encuentros” que resalta la presencia de gente dedicada a la música para niños en todo el país.

Por los niños y por los grandes sueños... ¡Salud!

* Integrante del grupo Los Tinguiritas y de Momusi Concordia.