En la primera mitad del siglo veinte, los científicos descubrieron que la entrada de un bichito en las enormes calculadoras que se usaban entonces podía originar un lío de proporciones. Dice la tradición que ahí se popularizó la palabra “bug” (“insecto”) para describir un error en el funcionamiento de las computadoras. Y es por eso que el Primer Festival de Cultura Libre y Copyleft que se realizará en FM La Tribu se llama “Fábrica de fallas”: la propuesta es que las actividades que se concretarán mañana y el domingo en Lambaré 873 detengan la rutina y queden zumbando en las cabezas, para expandir reflexiones sobre los caminos emancipadores que habilita –u obstaculiza– el presente tecnológico.

¿Y qué es la Cultura Libre? Básicamente, aquella que promueve la libertad de distribuir y modificar productos creativos, en tensión con las concepciones retrógradas de la propiedad intelectual. El afiche del evento resume el concepto al declarar que “las ideas son como el fuego. Sólo se conservan comunicándose”. Para la fotógrafa Soledad Tordini, la reunión irá todavía más allá, dado que representa una chance de “volver a pensar lo que hacemos cotidianamente”. “Las charlas sobre privacidad en la Red, por ejemplo, aportan un nuevo enfoque acerca de lo que hay que tener en cuenta para cuidarnos de quien nos quiera vigilar”, asegura. Como complemento de los paneles –que contarán con expositores que van desde campesinos del MoCaSe hasta techies confesos– se proyectarán entrevistas que dieron a lo largo de la semana pasada Richard Stallman, el fundador del movimiento de Software Libre, y Jimbo Wales, el alma máter de Wikipedia. En consecuencia, los interesados en un primer pantallazo a esta área del activismo estarán de parabienes. Sebastián Vázquez, de La Tribu, certifica que “lo que se intenta es articular partes que otros pretenden hacer ver como separadas. Así, se juntan problemáticas como la genética de las semillas con la distribución de la literatura, asuntos aparentemente alejados y no obstante llenos de puntos en común”.

Desde la cooperativa de soft libre Gcoop, Leandro Monk subraya que las jornadas son una prueba de que “se ha conseguido una masa crítica de personas que, aunque vienen de diversos palos, se aglutinan alrededor de valores fundamentales como el de compartir conocimiento”. El artista plástico Fabricio Caiazza, del proyecto Compartiendo Capital (compartiendocapital.org.ar), desarrolla: “Lo que veremos de acá en adelante es la recuperación de viejos principios. Los pintores, por citar un caso, siempre se pasaron sus técnicas. Es algo que se da naturalmente y lo que hacemos es volver a esa actitud desde distintas disciplinas. Con la ayuda, claro, de bebidas de receta libre como el ‘vodkamiel’, que van a poder degustar los que se den una vuelta”. Ante la mención de la bebida, también se adelantan otras ventajas que tiene su movimiento frente a las reuniones que organizan las corporaciones. “Acá van a encontrar inquietudes, amigos y muchas preguntas; todo con entrada libre y gratuita. Por ahí hasta se enamoran”, dice otra de las chicas. Vodka, señoritas y libertad. No se puede negar que la oferta es tentadora.

* Detalles de la programación en www.culturalibre.fmlatribu.com o escuchando FM 88.7