Un refrán recomienda “no hacer leña del árbol caído”. Un ajustado preludio se impone para calibrar los acontecimientos del último mes y medio. El cuento tiene –como se estila– introducción, nudo y desenlace. El resultado final suena a “empate técnico”: los jugadores intentan preservar el “honor” en la cancha. Cada lector podrá elegir cómo interpretar el refrán del comienzo, una especie de comodín que sirve, según las instancias de la polémica, para cada uno de los actores en disputa. Incluidos los medios de comunicación (ver aparte). Un debate inesperado sobre el rol del intelectual y la política se generó al convidar a Mario Vargas Llosa con la palabra de apertura en la 37ª edición de la Feria Internacional del Libro. El director de la Biblioteca Nacional (BN), el sociólogo Horacio González, a través de una carta, cuestionó el rol asignado a un escritor, “que no ceja ni un segundo en atacar a los gobiernos populares de la región”. Hubo apoyos a los argumentos de González, no sólo desde los intelectuales nucleados en Carta Abierta; pero también objeciones con diversos matices. Hasta la presidenta Cristina Fernández intervino. Afirmó que no debía quedar “la más mínima duda de la vocación de libre expresión de las ideas políticas en la Feria del libro, en las circunstancias que sean y tal como sus autoridades lo hayan definido”. Para completar el escenario, conviene recordar que el último Premio Nobel de Literatura declaró: “Ahora ellos han creado una situación muy difícil porque sería un terrible escamoteo que yo no hablara de mis posiciones y mis ideas cuando me querían prohibir que lo hiciera”. Pero, finalmente, Vargas Llosa no inaugurará esta edición, como se ha dicho y escrito. “Nunca formó parte del acto inaugural”, subraya ahora Gustavo Canevaro, presidente de la Fundación El Libro, la entidad organizadora, a casi una semana de la inauguración, que será el próximo miércoles 20 a las 18.30.

¿Nunca formó parte del acto inaugural?, pregunta Página/12. “Siempre se supo que Vargas Llosa no podía estar el miércoles, para la inauguración. A diferencia de lo que suele suceder, que se abre un jueves, esta vez coincidió con la Semana Santa y había que anticipar un día la apertura”, explica Canevaro. “Nosotros planteamos que la conferencia magistral de Vargas Llosa sería el puntapié de las actividades culturales”, agrega.

–Sin embargo, se habló de dos aperturas. ¿Evaluaron la sugerencia de González y corrigieron la propuesta original?

–Si digo que nosotros corregimos, parece que lo estaríamos haciendo por cuestiones políticas. Y no es así. Insisto: la Semana Santa no permitía que la feria se inaugurara el jueves, como siempre. Nunca fue pensado como discurso inaugural, sino como charla magistral.

–Pero Vargas Llosa declaró que la polémica suscitada lo obligaba a hablar de política en la inauguración...

–El sabía que históricamente la inauguración se hace los jueves. No hubo modificaciones; no armemos una ficción con todo esto... Como él no podía participar el miércoles, simplemente se pasó su conferencia al jueves.

“Una ciudad abierta al mundo de los libros” es el lema de la 37ª edición que será inaugurada por las autoridades de la Fundación El Libro y los responsables culturales y educativos que asistan, tanto del ámbito nacional como del gobierno porteño. Aunque aún no confirmaron sus presencias, fueron invitados, como todos los años, la presidenta Cristina Fernández y el jefe de Gobierno de la ciudad, Mauricio Macri. La principal estrella será el controvertido escritor peruano, que dará una conferencia magistral el jueves 21 a las 18.30.

González dice que quiere “descansar”. Pero, obsesivo como es, confiesa que se entregó a la lectura de El pez en el agua para intentar comprender el pensamiento del último Nobel de Literatura. “Inaugurar es una cosa y dar una conferencia magistral es otra –advierte–. La polémica dejó un saldo interesante sobre la voz pública de los intelectuales latinoamericanos. Me parece muy bien que Vargas Llosa sea escuchado en la Feria, que es el ámbito adecuado; aunque yo no iré.” González adapta una frase de Jean-Paul Sartre, reciclada para la ocasión, tal vez para epilogar el debate. “Vargas Llosa es un intelectual de derecha, no cabe la menor duda; pero todo intelectual de derecha no es Valéry.”