Miércoles, 9 de abril de 2008 | Hoy
STEVEN SEBRING, DIRECTOR DE PATTI SMITH: DREAM OF LIFE
“Patti no es alguien que te deje acercarte de inmediato, es muy reservada”, asegura Sebring, que estuvo con su cámara al lado de la musa del rock durante doce años, registrando su obra y su intimidad. “Yo fui el productor para poder hacer algo puro, orgánico y bello.”
Por Roque Casciero
Steven Sebring nunca había pensado en hacer una película, aunque ya trabajaba con la imagen: desde que cambió Arizona por Europa se ganaba la vida como fotógrafo de moda y de celebridades. Entonces, en una sesión con el grupo R.E.M. para la revista Spin conoció a Patti Smith, quien venía de varios años de estar retirada del mundo de la música. Sebring nunca la había visto en vivo y cuando eso pasó fue como una epifanía: tenía que filmar a esa poeta chamánica. Se lo propuso y ella, la madrina del punk, se rió. Pero después le allanó el camino. “Patti no es alguien que te deje acercarte de inmediato, es muy reservada”, asegura Sebring, en conversación telefónica con Página/12. “Yo no tenía ningún deseo de hacer una película, sólo quería filmarla porque cuando la conocí me enloquecí con ella. Y creo que se dio cuenta de que era genuino, por eso nos hicimos amigos muy cercanos, al punto de ser como hermanos.” Esa clase de confianza e intimidad es la que trasunta Patti Smith: Dream of Life, el debut de Sebring como director.
En la película, la propia Smith narra parte de su historia y de su presente (extendido, porque la filmación llevó doce años), y le permite a su amigo Sebring acompañarla a visitar a sus padres y mostrar sus tesoros personales: una pandereta que le regaló el desaparecido fotógrafo Robert Mapplethorpe y su vestido favorito de la infancia, entre otros objetos. También se la ve electrizando al público en vivo, en su rol de activista política, trabajando en una de sus pinturas y explicando la importancia que el arte tiene para ella. Hay saltos en el tiempo y el espacio, lo que puede ser algo molesto para quienes no son fans de la cantante. Sebring lo asume, pero da las razones por las que tomó la decisión de no hacer una biopic o un rockumental: “No tenía ganas de filmar a otras personas hablando sobre Patti, cosa que ella compartía. Me dijo: ‘Yo estoy viva y tengo muchas cosas para decir, entonces este momento es para tratar de hacer algo diferente y orgánico’. Me interesaba que otras personas supieran cosas sobre Patti a través de la película, pero más que se inspiraran en ella y la descubrieran por sí mismas. Mi filosofía era: ‘Vayan y descúbranla, compren libros de Arthur Rimbaud y William Burroughs’. Preferí que fuera una película influyente en ese sentido”.
Sebring trabajaba solo, como D. A. Pennebaker cuando siguió a Bob Dylan por Inglaterra en 1966, para Dont Look Back. “Ese es otro de los motivos por los cuales la película es tan íntima: éramos ella y yo la mayoría del tiempo, sin nadie más involucrado. Supongo que ambos somos obsesivos con controlar todo”, se ríe. “Patti ha sido una enorme influencia en mi vida y quería que la gente la viera a través de mis ojos.” Pese a que hay momentos de direct cinema, en otros la cantante está demasiado consciente de la presencia de la cámara y parece actuar. Sebring, que está seguro de que Smith sería una gran actriz, explica que fue su propósito que el público no supiera si la película tenía o no un guión.
Durante los años en que Sebring siguió con su cámara a Smith, la única financiación era el bolsillo del director: literalmente, sacaba fotos de moda para poder seguir adelante filmando a su amiga. Llegó a la bancarrota en 2000, porque un año antes había decidido parar cuatro meses para hacer una primera edición fallida del largometraje. “No quería dinero de otras fuentes, quería producirla yo para poder mantenerla como algo puro, orgánico y bello por las mías. Haber logrado eso me llena de orgullo. No quería hacerla en video, que habría sido más barato, y creo que por eso la película tiene esa calidad tan difícil de encontrar hoy en día, con esa imagen con grano tan hermosa que tienen los 16 milímetros. Así que trabajé hasta que salí de la quiebra y eso me permitió hacer la película como quería.”
Finalmente, en 2004 tanto Sebring como Smith decidieron que era el momento ideal para ponerle fin a la tarea. “Tomó mucho tiempo terminarla, más de un año para editarla y otro año para posproducción”, recuerda el director. “En realidad, Patti y yo queríamos avanzar hacia otros proyectos conjuntos.” Con su obra lista, el director no ve la hora de trabajar en su próximo largometraje. “Me gustaría trabajar con una buena historia y buenos actores”, dice. “Tengo varias ideas en mente, así que debo decidir cuál quiero hacer y también conseguir cómo financiarla. ¡No puedo volver a tardar doce años para hacer una película!”
Patti Smith: Dream of Life se exhibirá mañana a las 22.45 en el Atlas Santa Fe, el lunes 14 a las 15.30 en el Teatro 25 de Mayo, el jueves 17 a las 23.45 en el Cosmos y el sábado 19 a las 23.30 en el Hotys 8.
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