espectaculos

Miércoles, 9 de abril de 2008

DISCOS

Lanzamientos

10-Carnegie Hall Concert

Mulligan-Baker. Sony BMG

Si se necesitara un solo motivo, alcanzaría con esas notas aparentemente fuera del acorde de Bob James, un pianista habitualmente asociado con proyectos vacuos, en “Song for Billy Strayhorn”, uno de los temas más bellos compuestos por Mulligan. Pero hay más: su reunión, en 1974 y en una sala célebre, con el díscolo Chet Baker –genial en “My Funny Valentine”–, el debut del guitarrista John Scofield, el vibráfono de Dave Samuels y, lo que no es menor, la primera edición local en CD. En suma: uno de esos discos imprescindibles. D. F.

9-Cielo e mar

Rolando Villazón. Deutsche Grammophon

El mexicano Rolando Villazón es, a los 36 años, una de las grandes figuras de la lírica. Con una infrecuente combinación de lirismo y peso dramático, su voz resulta ideal para el verismo y para los papeles más trágicos del belcanto. Ya desde el aria de La gioconda de Ponchielli, que da título al CD, hasta la bellísima “La dolcissima effigie” de Cilèa, el recorrido del tenor es ejemplar. Entre los hallazgos se encuentran el aria de Fosca, del brasileño Antonio Carlos Gomes, y, por supuesto, las dos de Luisa Miller, de Verdi. D. F.

7-Across the universe

Varios. Interscope

¿Una comedia musical guionada con letras de The Beatles? Esa clase de ideas mete miedo y habrá que ver el resultado, pero el soundtrack tiene lo suyo. Ya la apertura de “All my loving” por Jim Sturgess sorprende para bien. Y aparece Joe Cocker con “Come together”, y Bono & Secret Machines en una buena versión de la hiperversionada “I am the walrus”, y nuevamente Bono junto a The Edge para rendir homenaje a “Lucy in the sky with diamonds”, y al cabo la cosa tiene su encanto. Será que es muy difícil destrozar una canción Beatle. E. F.

7-Detours

Sheryl Crow. Universal

Difícil volver de megahits como “All I wanna do”, pero Sheryl Crow supo hacerlo. En ese sentido, Detours arranca de modo desafiante, con el deliberado tono low fi de “God bless this mess”, como tocado dentro de un placard. Y después la chica sale a todo gas con “Shine over Babylon”, engancha con la naif “Love is free” y le va dando curso a un disco en el que, tal como advierte desde el título, se corre un poco de lo que podría esperarse de ella y deja buenas impresiones. Y la obviedad de comprobar las virtudes de su garganta. E. F.

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